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domingo, 1 de mayo de 2016

Día de la madre


Hoy primer domingo del mes de mayo y además coincide que es el primer día de este mes, se celebra el día de la madre. Pero no siempre fue así...

Las primeras celebraciones se remontan a la antigua Grecia, donde se rendían honores a la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Luego como siempre pasó, los romanos copiaron de los griegos esta idea y la celebraban el 15 de marzo, llamándola Hilaria.

Con la llegada del cristianismo, esta festividad en honor a la madre de Jesús, la Virgen María, se celebraba el día de la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre. Así fue hasta que en 1965 pasó a celebrarse el primer domingo del mes de mayo, caiga en el dígito que sea. 

Recuerdo que de pequeño, me contaban mis padres este detalle de cambio de día e incluso recuerdo que puede que ese día de diciembre haber hecho algún detalle porque imagino que como en una época en la que aún la Iglesia tenía su influencia familiar, muchas familias aun mantenían esa tradición de ese día.

Ser madre, es lo más maravilloso que existe, no hay nada comparado al nacimiento de un ser, por eso, de todas las festividades, quizás sea ésta, la que representa mejor a la vida, a la vida que sigue y continua, en cada madre y en cada hijo, sea en la época griega, romana o cristiana o en la contemporánea o en las futuras.
Dicen que madre no hay más que una y bien cierto que es. Aunque dependiendo de cada país, las fechas en su honor, varían mucho, ya sea en países de Europa como incluso en los países de habla hispana.

Mi madre nació en Huelva, el 24 de enero de 1947 y ya de muy joven, se vino a Barcelona, para casarse con mi padre, que años antes emigró como tanta gente entonces, en la década de los 60.
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O como aquella frase que me decía mi madre, hay madres, madrecitas y madrazas. No hay duda que yo, como cualquier hijo, nunca dudó de que tipo era la mía...

Uno de los recuerdos hermosos que guardo, es el del día de los Reyes, porque no sé como lo hacía mi madre, pero conseguía sorprendernos siempre, conseguía que los regalos que compraba con mi padre, a pesar de que eramos muchos las veces que los buscábamos, desde que estábamos de vacaciones de navidad hasta el día 6 de enero, nunca los encontrábamos. Años más tarde, nos enteramos de su truco. Los guardaba en casa de la vecina, esa vecina cómplice, que supongo que a las horas nocturnas que dormíamos pensando en levantarnos pronto, se dedicaban a pasarse por el rellano, esos muchos regalos que recibiríamos.
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Me vienen a la memoria aquellos regalos que hacíamos en el colegio, creo que era en la clase de Plástica (era la asignatura de trabajos manuales), que en la mayoría de casos, eran trastitos sin ninguna utilidad, más que el detalle de llegar a casa con el regalito con todo el cariño que un niño hace, claro está. Pero en el caso de mi madre, siempre le caían muchos regalos trastitos por ser como somos una familia numerosa de seis hijos.

Me acuerdo que podían ser objetos como ceniceros hechos con pinzas, sí así, tal como suena, porque en aquella época se fumaba y en todos los lugares, no sólo en bares, sino también en hospitales o escuelas, aunque suene a escandaloso. Y lo más gracioso, es que ni mi madre fumaba ni la mayoría de madres, pero ese regalo era típico, O con la misma materia prima, las pinzas (de madera eso sí), recubriendo un vaso de plástico y quedaba un cubilete bien hermoso, aunque no sirviese para nada más que para guardar algún bolígrafo o lápiz, aunque era tan malo que a la mínima se caía a trozos.
Acostumbrábamos a pintarlo de colores, yo incluso me acuerdo que siempre elegía los colores blaugrana, jeje  Luego le poníamos una especie de base para intentar que fuera más estable, pero ni aún así, aquello era insufrible.

También hacíamos collares con macarrones, marcos para fotos, tarjetas bien grandes decoradas y un sinfín que la imaginación de la profesora de turno, de plástica, se le ocurriese.

Lo de regalos horteras de las escuelas con el añadido de dibujos ininteligibles y picassianos, siempre ha sido un clásico, sea antes en la EGB o sea ahora en Primaria o Infantil, pero siempre las madres, para un regalo hecho con cariño de su hijo o hijos, ha sido, lo mejor del mundo, junto con esa cara que poníamos al llegar del cole o ese abrazo como recompensa.

Mi gratitud nunca podrá ser tan grande como todos los sacrificios que hizo por nosotros, por una familia numerosa que nunca le faltó de nada, porque siempre supo administrar un único sueldo pero en el que 2 + 2 siempre conseguía que fuese 5. 

Por ello, aunque hoy 1 de mayo, también sea el día del Trabajo, he querido dedicarlo, a las madres, a todas las madres de todas las épocas y lugares, a mi madre Charo en especial, por ser no sólo la mía, sino la de mis 5 hermanos también. Por todo ello, madraza !


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