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jueves, 19 de mayo de 2016

196 años que nació mi tatarabuelo José Carbón Nuñez

Hoy seguimos con los tributos y aniversarios, ésta vez el de mi tatarabuelo José Carbón Núñez, que nació un viernes 19 de mayo de 1820 en la aldea de O Pazo, que pertenece a la feligresía de Santa Mariña de Ribeira del concello de A Estrada de la provincia de Pontevedra de Galicia.


En otro artículo más extenso, hablaremos de la maravillosa y hechizante Galicia y de todos nuestros antepasados gallegos, origen y cuna de mis abuelos paternos que eran andaluces. Son los mismos antepasados que los de todos mis primos hermanos, segundos y algunas ramas más de este extenso y maravilloso árbol familiar que tenemos la obligación de compartir y transmitir.

Empezaré diciendo que la primera vez que supe de mi tatarabuelo José Carbón Núñez, pensé en que se llamaba igual que mi padre, a excepción claro del segundo apellido Núñez. Aunque el nombre de José o Pepe, también es muy recurrente en toda la extensa familia. Lo vi, cuando empecé a indagar la memoria familiar y apareció mi tatarabuelo, en el certificado de nacimiento de mi abuelo Juan Carbón Antero, el 21 de abril de 1898, como su abuelo paterno y por desgracia, en este documento, aparecía ya como difunto.

Desde entonces, muchísimos documentos, pistas y otros caminos, me han llevado a saber mucho más y hoy, sabemos que mi tatarabuelo era gallego y de Pontevedra, de una de las 51 feligresías (así se denominan en Galicia al igual que en Portugal, a las parroquias) del concello (municipio) de A Estrada, concretamente la que se llama Santa Mariña de Ribeira. 

Que esta parroquia está formada por 11 aldeas y que O Pazo, es en la que nació José Carbón Núñez. 

También sabemos que el mismo día que nació en esta aldea, fue bautizado en la Iglesia de dicha parroquía de Santa Mariña de Ribeira con el nombre de Josef Juan. En aquellos tiempos, se intentaba bautizar el mismo día o al día siguiente si no se podía, ya que existía la creencia del limbo, ese lugar en el que los neonatos van si fallecen. La mortalidad infantil era altísima y si eran bautizados, ya podían ir directos al cielo, sin tener que estar en ese lugar que no era ni el cielo ni el infierno. En fin, cosas de las creencias religiosas de entonces, porque en la época más antigua de los tiempos de Jesús, los bautizos eran de adultos.

Se ha de indicar que esta iglesia, se terminó de construir en 1778, por un arquitecto foráneo que también trabajó en la catedral de Santiago. En la fachada principal, el escudo del conde de Pallares, principal mecenas de esta imponente iglesia que siguió la estética de los imponentes templos griegos, como se observa en la imagen.
Por tanto, el bautizo de mi tatarabuelo en esta Iglesia y el de sus padres y abuelos paternos, hace creer que fuera posible algún tipo de poder adquisitivo alto o al menos en dicha parroquia, se controlaban todas la administración económica recaudatoria de la comarca.

Ahora hablaremos de los padres de mi tatarabuelo, mis trastatarabuelos (siguiente generación árbol arriba) eran Manuel Carbón Andújar y Josefa Núñez Cao.

Los padres de Manuel, los abuelos paternos de mi tatarabuelo José Carbón son mis pentabuelos o lo que es lo mismo, los hexabuelos de mis hijos (por extensión también mis sobrinos o hijos de mis primos) y en este caso, se llaman Jacobo Carbón y Clara de Andújar.

Por tanto, el Carbón más antiguo conocido, se llama Jacobo y estamos hablando de la séptima generación desde la última que es la relativa a mis hijos. Estaríamos hablando de la época de Carlos III, hijo de Felipe V, para hacernos una idea (alrededor de 1760-88).

En esta época del tercer cuarto de siglo XVIII, el reino de Galicia era el que hay en este mapa de 1773.

Este apellido de Jacobo Carbón, que coincide con mi primer apellido no es el único válido para tener en cuenta en el estudio de la genealogía, ya que todos tenemos múltiples apellidos en nuestra ascendencia y todos son igual de importantes, ya que de todos ellos procedemos, aunque nos resulte curioso saber hasta que antepasado más antiguo ascendemos y llegamos con el primer apellido que tengamos.

La progresión de los antepasados es geométrica y de razón 2, sería así: 1 hijo, 2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos, 32 trastatarabuelos, 64 pentabuelos, 128 hexabuelos, ... y así hasta llegar a los 2048 decabuelos.  En la genealogía, sólo llegan a éstos últimos los reyes o personajes de alto abolengo. 

Una vez aclarado ésto, decir que no sólo sabemos los abuelos paternos, sino también los abuelos maternos, los padres de Josefa, mis trastatarabuelos, que en este caso que nos ocupa, serían Domingo Antonio Núñez y María Cao (ya mencionada anteriormente).

Por tanto, ya tenemos a 4 trastatarabuelos de los teóricos 32 que he de tener, por esta rama y ascendencia de uno de mis 16 tatarabuelos que es José Carbón Núñez. En próximos artículos sobre los ascendientes, lo aclararemos mejor con árboles genealógicos.


Los abuelos paternos eran de la misma parroquia que su nieto José, de Santa Mariña de Ribeira. En cambio, los abuelos maternos eran de la parroquia de San Andrés de Yllobre, del concello de Vedra de la provincia de A Coruña.

Volviendo al nombre con el que fue bautizado fue Josef  Juan. Aunque Josef es lo mismo que José, realmente de donde proviene el nombre bíblico es Yosef (en hebreo). Su madre era Josefa, que es la forma adoptada en femenino. También podría ser en honor al que fue su padrino Josef (hermano o sobrino de María Cao, su abuela materna). No sabemos si era un tío abuelo o era un primo hermano de Josefa, lo que si está claro es que estaba relacionado con el apellido Cao.

Por otro lado, el presbítero que lo bautizó también era Josef Villanueva y era vecino de una parroquia, de San Martín de Meis. Aunque ésta última, seguramente es casualidad.

El segundo nombre Juan, es curioso porque aparecerá muchísimas veces en el árbol familiar y podría ser el motivo, por su sentido bíblico (Juan el Bautista, el que bautizó a Jesús). También podría ser por su madrina, la mujer de su padrino que se llamaba Juana de Cobas.

Son suposiciones pero no hay que descartarlas, ya que era extraño que fuesen los padrinos, un tío abuelo y su esposa o un primo hermano y esposa y que además coincidan los dos nombres. La hipótesis, sería debido a que tuvieran una alta posición social y económica, de hecho, es uno de los grandes misterios que ya hablaremos a su debido tiempo. De hecho, el padrino y madrina no eran de esta parroquia, sino de la de San Miguel de Sarandon, del concello de Vedra, de la provincia de A Coruña. Hecho también significativo y no exento de preguntas. 

Santa Mariña de Ribeira es una parroquia, ubicada al norte del ayuntamiento de la Estrada y su demarcación limita con las de Berres, Moreira, Barbude y Paradela, siendo cruzada por el río Ulla. 

De hecho, es curioso saber que este río Ulla, separa Pontevedra del municipio de Vedra, incluso hay un puente (ponte), que lo atraviesa. Todo el significado de Pontevedra, resumido en una palabra y que deparará en nuestro caso, una relación no sólo etimológica sino también de puente hacia el otro lado del río Ulla, al otro lado, de la provincia de Pontevedra a la provincia de A Coruña, en este caso en uno de sus municipios Vedra. Es curioso que este río separe físicamente estas dos provincias y que sirva también de frontera entre una generación y la siguiente, la de los hijos, que quedará aclarado en próximos artículos sobre Galicia.

En el mapa se puede observar en círculos concéntricos la situación de Santa Mariña de Ribeira (Pontevedra) en la parte inferior del río Ulla y al otro lado superior, Vedra de A Coruña.

Mencionar que Vedra es el municipio que está debajo de Santiago de Compostela y el penúltimo lugar viniendo del sur, en la famosa Vía de la Plata del Camino de Santiago, antes de llegar a la Catedral de Santiago.

Durante la primera mitad del siglo XIX, esta parroquia de Santa Mariña de Ribeira, era el lugar donde se administraban las rentas del ayuntamiento y las distintas poblaciones que lo integraban. Así sería hasta 1840 y en esa época, era la parroquia que administraba los diezmos y las alcabalas que los estradenses pagaban como los tributos o impuestos actuales.


Hay que decir que en esa época, el diezmo era la décima parte de las cosechas que recaudaba la Iglesia y servía para el mantenimiento del clero. En cuanto a las alcabalas, era el impuesto que gravaba el comercio de mercancías. En definitiva, entre el clero, la monarquía y la nobleza, la mayor parte del sustento iba a sus arcas.

Mi tatarabuelo José Carbón Nuñez, se casó a los 29 años con mi tatarabuela Josefa Martínez Silva, de 27 años, el sábado 8 de febrero de 1851 en la parroquia de San Miguel de Sarandon del municipio de Vedra.


Como es tradición en la mayoría de nupcias, el lugar elegido era la parroquia de la futura esposa, en este caso, mi tatarabuela era de allí, de la parroquia de San Miguel de Sarandon del municipio de Vedra de la provincia de A Coruña, concretamente de una aldea llamada Caxaraville.


Dicho ésto, ahora se entenderá el que expliqué de la frontera física del río Ulla, del otro lado que provenía mi tatarabuelo, de San Mariña de Ribeira de la provincia de Pontevedra. 


Dicho puente se encuentra en la parroquia de Puente Ulla en el municipio de Vedra. No es el único puente pero sí el más simbólico y característico.

De este matrimonio entre mis tatarabuelos José Carbón y Josefa Martínez, nacería 9 meses y 22 días después, el domingo 30 de noviembre de 1851, día de San Andrés, Juan Carbón Martínez.


De éste, mi bisabuelo Juan Carbón Martínez, descenderían mi abuelo paterno Juan Carbón Antero y sus hermanos Josefa, Pilar y Pepe.


Pero, para hablar de mi tatarabuela Josefa Martínez Silva y de sus ancestros y descendientes y del concello de Vedra, será en otro artículo, debido a su extensión.

Hoy era el día, 196 años después de su nacimiento, de mi tatarabuelo Josef Juan Carbón Núñez, que fallecería entre abril de 1895 y abril de 1898 aproximadamente, que son las fechas de nacimiento de sus nietos Pilar y Juan, en el que tenía 76 años y difunto respectivamente, a falta de poder concretar su fecha exacta y lugar, que espero pronto conocer.


Espero haber al menos intentado aclarar, desde un punto de vista de nuestra memoria histórica familiar, los orígenes gallegos de una de las ramas gallegas de la que descienden Josefa, Pilar, Juan y Pepe Carbón Antero, abuelos y tíos abuelos nuestros de mis primos y mío propio.

Una tierra, Galicia que tuvieron que dejar algún día nuestros antepasados o al menos la rama de la que descienden mis hermanos y primos y yo mismo, la rama de Juan Carbón Martínez y como dijo, la insigne escritora gallega Rosalía de Castro....


miércoles, 18 de mayo de 2016

111 años que nació mi abuela Feliciana

Que mejor día que hoy, para rendir tributo a mi abuela Feliciana, la madre que dio la vida a mi padre Pepe y a sus dos hermanos Juan y Paco.

Tal día como hoy, hace 111 años, un jueves 18 de mayo de 1905 a las 9.40 h de la mañana nació Isabel Domínguez Barroso en la ciudad de Huelva. 
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Era nombrada y conocida como Feliciana, aunque su nombre era Isabel y en este post, aclararemos esta anécdota.

Nació este día y este mes, no en junio como se creía y  nació como se nacía entonces, en su domicilio, en este caso, en las Colonias, un barrio del extrarradio de Huelva.
 
Curiosamente esta barriada de Huelva, que se halla enclavada al norte de la Ciudad, a los pies de los cabezos del Conquero, tiene su historia que se remonta al último cuarto de siglo XIX. Actualmente se llama la barriada del Carmen.
Postal de 16-5-1905 (dos días antes de nacer mi abuela)

Más adelante, le dedicaré un post especial a estos dos Barrios (Colonias y Matadero) que formaron parte del origen y vida de mi abuela y fueron elementos claves en la historia del siglo XIX y XX de la Ciudad de Huelva.

En esta foto se puede ver a mi abuela con 13 años en una foto de 1918.
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Por otro lado, ahora hablaremos del nombre por el que era conocida, Feliciana y del nombre que fue registrada, Isabel. Pero antes, he de remontarme los datos de sus padres y abuelos paternos y maternos para poder explicarlo. 

Me ha llegado por transmisión verbal familiar, que el nombre de Isabel se debe a que su madre María, se lo quiso poner por su madre. Al mismo tiempo, el nombre de Feliciana, por el que era conocida mi abuela, se lo quiso poner su padre por su madre.

La madre de mi abuela Isabel, era mi bisabuela María Barroso Riviero, que nació en La Redondela (municipio de Isla Cristina en la provincia de Huelva), aproximadamente en 1880 y tenía 25 años cuando nació mi abuela.
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Mi bisabuelo era Francisco, curiosamente fue él mismo, el que compareció y la inscribió, al día siguiente, viernes 19 de mayo a las 14 h, con el nombre de Isabel.

Francisco Domínguez Pulido nació en La Palma del Condado, aproximadamente entre octubre y diciembre de 1858 y tenia 46 años cuando nació su hija Isabel. 

Precioso pueblo y preciosa Iglesia de San Juan Bautista de la Palma del Condado, donde presumiblemente fue bautizado mi bisabuelo Francisco.

Ahora hablaré de los abuelos paternos y maternos, que como siempre pasaba en estas épocas y hasta no hace mucho, los nombres de los hijos, venían dados o heredados, de los abuelos, por imposición, a veces incluso por los mismos abuelos, que ejercían de patriarcas familiares.

Para explicar esta anécdota, eso sí, me he de remontar a la persona clave, su padre, mi bisabuelo Francisco Domínguez Pulido, porque aunque antes comenté, que a veces la autoridad paterna estaba por debajo de la autoridad de los abuelos, en materia de nombres de los nietos, en este caso, no fue así o al menos no del todo..

La información de los abuelos paternos de mi abuela, mis tatarabuelos es la siguiente:

El padre de mi bisabuelo Francisco era mi tatarabuelo Juan Domínguez Pérez, natural de Almonte, aproximadamente en 1825. Mi tatarabuela era Feliciana, madre de Francisco y abuela de Isabel. Su nombre completo era Feliciana Pulido Rodríguez y nació en San Juan del Puerto, aproximadamente en 1831.

Respecto a los abuelos maternos, los padres de mi bisabuela María, mis tatarabuelos son José Barroso e Isabel Riviero Palma, ambos difuntos en el momento de nacer mi abuela Isabel.

José Barroso e Isabel Riviero Palma, nacidos los dos naturales de Portugal (así se escribía entonces, sin especificar la feligresia a la que pertenecían). De hecho, el apellido Riviero, aparece como Rivero, en el certificado de nacimiento de su hija. En otro post, ya le dedicaremos el asunto de los apellidos familiares, su origen, heráldica y demás signos de identidad. 

Tiene lógica, por tanto, que mi bisabuela María naciera en La Redondela, lugar muy próximo a Portugal, del cuál eran originarios sus padres José e Isabel.
Plano de situación donde estan ubicados La Palma del Condado y La Redondela, lugares de nacimiento de mis bisabuelos Francisco y María.

Mi bisabuela fue bautizada en la Iglesia de Nuestra Señora de los Doce Apóstoles de La Redondela.

Una vez que he explicado los orígenes de sus padres, es importante hacer constar e incidir en que mi abuela en el momento de nacer, se crió sin sus cuatro abuelos, un elemento importante en la crianza de los hijos en aquella época, además de su valor patriarcal de entonces.

Mi abuela vivió sus primeros años, después de nacer en Las Colonias, en un pueblo llamado Villablanca.



Después pasaría su adolescencia en Huelva, donde viviría la mayor parte de su vida.

De hecho, hay otros datos también importantes en esta descripción genealógica, que los detallaré a continuación:
Mi bisabuelo Francisco Domínguez Pulido, tenía una diferencia de edad con su esposa de 21 años aproximadamente. De hecho, eran sus segundas nupcias, ya que antes estuvo casado con Ramona Andrés Barceló. Ramona era natural de Moguer y nació aproximadamente en 1857.

Fruto de este primer matrimonio de mi bisabuelo Francisco, nacieron 4 hijos, por este orden cronológico: Juan, Lola, Rafael y Feliciano.

Por tanto, mi abuela Isabel, tenía 4 hermanos de padre (como se decía), con los que tenía una relación de hermanos mayores muy estrecha y familiar. De hecho, los hijos de mi abuela Isabel, mi padre y mis tíos, se criaron en el mismo barrio del Matadero, concretamente en el paraje Las Metas vivia ella con la família de Emilio (del cuál hablaré más adelante), con su tía Lola, que fue con la que mantuvieron el contacto hasta ya anciana que falleció en Barcelona.

En la foto, mi abuela con 19 años, el 17 de febrero de 1925.
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También mi abuela Isabel, cosía en el taller de su hermano Juan, junto a un grupo de mozas. De hecho, siempre escuché decir que mi abuela cosía muy bien. Ahora ya sé porqué, supongo que su hermano que era sastre, le enseñaría todo lo necesario para ser una buena costurera.
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En esta foto de 1925, en el patio de su domicilio, mi abuela Isabel con su hermano Juan al lado y con la máquina de coser Singer.

En los años 30, el 90% de las familias españolas tenía una y figuraba como el regalo más preciado en las lista de bodas. Entonces, cuando la Singer costaba entre 75 y 160 pesetas, saber coser se convirtió en una obligación par las jóvenes de la época y comenzaron a proliferar los talleres de costura. Desde la Guerra Civil y hasta 1960 fue un objeto codiciado puesto que en ese periodo ninguna Singer, ni sus repuestos, entraron en España. Los talleres tuvieron que recurrir a las piezas que imitaban los tornos nacionales o a las que llegaban de Italia, vía contrabando.

Supongo que en la época que mi abuelo Juan Carbón, estuvo en la cárcel por ser republicano y los años posteriores de la posguerra, en el que estuvo "marcado" por su pasado, mi abuela Isabel, pudo ayudar a la economia familiar, con su oficio de costurera que tan bien dominaba, aparte de poder sufragar gastos con las vestimentas de sus tres hijos.

Ahora enumeraré a sus hermanos mayores, con los cuáles, siempre mantuvo esa relación de hermana pequeña, pero sobretodo con su hermano Juan y con su única hermana Lola.

Juan (Juan Antonio como consta en el certificado de nacimiento), el mayor de los hermanos, nació el sábado 6 de octubre de 1883 a las 14.30 h en la calle Alfonso XII de Huelva. Entonces mi bisabuelo Francisco tenía 25 años y Ramona, 26. Fue registrado el lunes 8 a las 10.30 h por su padre Francisco.

Es importante saber quién registra al neonato en cada caso particular, ya que de ello, depende en alta importancia, el grado de veracidad de los datos. Por ejemplo, si el que registra al recien nacido es su padre (raramente era la madre como es lo normal), entonces el grado de fiabilidad era alto, ya sea por la edad de los padres como por los nombres completos de los abuelos paternos y maternos.

Si por otro lado, era un amigo de la família o la misma matrona, entonces siempre hay que contrastar y cotejar la información con otro hermano de ese mismo recien nacido, porque las edades de los progenitores pocas veces coincide de forma aritmètica correlacionadas entre hermanos de mismos padres.

Sus abuelos paternos, los mismos que los de mi abuela Isabel, Juan Domínguez Pérez y Feliciana Pulido Rodríguez, tenían entonces 58 y 52 años respectivamente. Sus abuelos maternos eran Rafael Andrés Fernández de 52 años (nació aprox. en 1831, en Cañete provincia de Córdoba) y María Dolores Barceló (de Huelva) difunta.

Por desgracia, Juan falleció a la edad de 52 años el martes 12 de novembre de 1935, a las 13 h en el Hospital de Huelva (el que existia cerca de la calle Aragón).

Lola (María Dolores Feliciana como consta en el certificado de nacimiento), la famosa tía Lola, nació en el termino municipal de Cartaya, el sábado 9 de enero de 1886 a las 8.30 h. Antonio Diaz, un amigo de su padre Francisco, fue el que la registró al dia siguiente, domingo 10 de enero, a las 8 h, que fue con la cédula personal de mi bisabuelo. (una especie de DNI de entonces).
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Por tanto, Lola, recibió el nombre compuesto por parte de sus dos abuelas maternas.

Según me llegó información verbal de mi madre, Lola estuvo casada con el mejor zapatero de Huelva, Francisco Mora. En esta foto se puede observar en el patio de la casa de Juan su hermano, donde tenía su taller de costura, a Francisco Mora, que estaba de luto (ver brazalete negro en brazo Izquierdo) y también se observa a mi abuela, asomar a escondidas en el margen derecho de la foto, detrás de Lola.
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La relación de Lola con su hermana, fue desde siempre de la hermana mayor que le llevaba 19 años de diferencia y que cuidaba, siempre que podía. En esta foto del Domingo 19 de septiembre de 1943 en el patio de la casa de Lola, se puede observar a mi abuelo Juan de pié, mi tío Paco al lado derecho de mi abuela, mi padre Pepe de bebé en brazos de mi abuela (en el centro de la imagen), Luisa Burgos Cabrera con su bebé Emilio y Pepín, hermano de éste y que está en la esquina inferior izquierda de la foto.

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En el esta foto, realizada por Angel Minero, amigo de mi abuelo Juan (vivía en la calle Calabria de Barcelona) y que cuando podía les iba a visitar a Huelva. Se puede leer en el reverso, como mi abuelo anotaba, no solo a las personas que salían en la foto como Luísa Burgos y su hijo Emilin, Feliciana y su hijo Pepito (mi padre), Paquito (mi tío Paco) y Pepe Limón (el hermano mayor de Emilio o Emilín como aparece aquí), sino también al autor de la misma, en este caso, su amigo Angel.
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Mi abuela tuvo 3 hijos varones, por orden cronológico Juan (25-10-1933), Paco (1-9-1936) y Pepe (20-3-1943). Aunque también sabemos por transmisión verbal de mi tío Juan, que antes de nacer él, tuvo un aborto. Además, después de nacer mi padre, entre el 1944 y 1945 tuvo otro aborto, ésta vez fue de gemelos o mellizos, que parece ser que también eran niñas. No se puede demostrar, pero todo apunta en que en esa época no existiera o no se supiera aún, la relación de los grupos sanguíneos y la posible incompatibilidad entre los grupos sanguíneos de mis abuelos y por eso, la causa de estos abortos de niñas.
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Está claro que el nombre del primogénito Juan, era por su padre y el de Paco, por su abuelo paterno Francisco. El nombre de Pepe, podía deberse a que nació al día siguiente de San José o por el hecho que es un nombre que aparece en muchos miembros de la familia.

En otro post, hablaré de la relación del apellido Andrés con la rama Andrés de los cuales desciende Emilio y Pepín (aún no había nacido su hermana Luisa y por ello no aparece en la foto del patio de Lola). Hay que decir que la madre de Luisa Burgos Cabrera era Luisa Cabrera Andrés, por tanto prima de Lola Domínguez Andrés.

Emilio es casi de la misma edad que mi padre (de enero y marzo de 1943 respectivamente) y se criaron juntos en el mismo barrio y siempre se llevaron como hermanos aunque siempre se dijeron primos, aunque en realidad su parentesco proviene de la relación familiar de la primera esposa de mi bisabuelo Francisco, Ramona Andrés Barceló.

Tanto mi padre como Emilio, llegaron a jugar en los mismos equipos de fútbol desde que eran niños, empezando por el equipo de su infancia (Las Metas), como por otros (Aguila, CD Pescaderia, etc) a medida que fueron creciendo, llegando incluso Emilio a jugar en el equipo juvenil del Recre.
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Aquí se puede observar en la parte superior, esquina izquierda, mi padre de guardameta (como se decía entonces) y a su lado Izquierdo, Emilio, el "rubio", como era conocido.

Y hablando del Recre, del cuál dedicaré también algún día su merecido post, he de mencionar que el día histórico de la inauguración del ya desaparecido Colombino "viejo", después de ser bendecido, tanto mi padre como Emilio, desfilaron por la pista perimetral del Estadio, en los prolegómenos previos antes del pitido inicial del partido inaugural.
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Queda constancia, no solo en esta foto de fecha viernes 6 de septiembre de 1957 (en iguales posiciones que foto anterior curiosamente), donde se puede apreciar el Estadio municipal a rebosar con sus 13.000 espectadores de capacidad, en plenas fiestas de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Cinta, sino también se puede leer en la prensa de entonces, como noticia en el ABC de Sevilla.
En la columna superior derecha se puede leer "Seguidamente se celebró un vistoso desfile de más de 30 equipos infantiles de fútbol, esquí, baloncesto, balonmano y atlético, los cuáles a paso gimnástico, dieron la vuelta al campo por las pistes atléticas que circundan el terreno de juego, entre atronadores aplausos."

En otro post, ya hablaré de fútbol familiar y de todos los equipos por los que pasó mi padre desde que empezó en Huelva, hasta pràcticamente el último club (Tres Luceros) en el que jugó en la temporada 1967-68 en Barcelona (cuando nacimos mi hermano mellizo y yo).

Volviendo a la tía Lola, hay que decir que vino a Barcelona a acompañar a su hermana Isabel, después que mi abuela viniera a Barcelona junto con sus hijos, cuando la emigración de los años 60 y 70 de Andalucía y Extremadura hacía las zonas Industriales del Norte, centro y este de España.

En concreto, mi tío Juan emigró una semana después de casarse en agosto de 1961 y junto con él, mi tío Paco y más tarde mi padre. Finalmente ellos regresaron a su Huelva natal 10 años después (hasta finales de 1972 aproximadamente), mientras que mi padre se quedó, aunque nunca dejó de añorar su tierra
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En esta foto se les puede observar en plena Plaza de Catalunya, en un paseo visitando los lugares típicos de su nuevo destino: Barcelona.

Siguiendo con el hilo de Lola y como añoraba Lola a su hermana, que años después de ir Isabel a Barcelona con mi abuelo Juan y sus hijos, ella también terminó viniendo. En esta foto dedicada de Lola a Isabel, de 30 de mayo del 64 queda patente.
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Era tal su adoración por su hermana Isabel, que con 78 años, le dedica esta foto y no duda en trasladarse en cuanto le es posible hacia Barcelona, junto a su sobrinos que también quería mucho.
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Mi tío Juan, el mayor de los tres hermanos que fue el que empezó la emigración, tuvo a mi prima Isabel Mari, el 20 de noviembre de 1962 y le puso Isabel María, por su madre y María, porque entonces en los años 60, se llevaban los nombres compuestos y en el caso de las niñas se acostumbraba a poner con María.

En esta foto se puede observar a mi prima Isabel Mari con mi padre, al fondo se distingue bien al monumento a Colón que paradójicamente le recordaba a su homologo de la Punta del Sebo de Huelva. Entonces mi prima Isabel, era la niña de los ojos, no sólo de sus abuelos sino también de sus tíos Paco y mi padre Pepe, por ser la primera de la generación siguiente de los Carbones.
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Y en esta otra foto, se puede observar a mis abuelos con mi prima, como comentaba antes.
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Siguiendo ya, en el piso del Besós de Barcelona, se puede ver a Lola con su tocaya Loli, su sobrina, segunda hija de mi tío Juan. Aunque en este caso, el nombre de Loli, (María Dolores como fue inscrita) no fue debido a la tía Lola, sino por la abuela materna Dolores Breva Carrasco, madre de mi tía Antonia García Breva.
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Por cierto, en otro post también hablaré de la relación de este apellido Carrasco con la rama Carrasco Carbón.

Lola, falleció el jueves 20 de enero de 1972, 11 días después de cumplir 86 años, en el Hogar municipal de ancianos, el Asilo del Parc (fue luego el edificio de Les Aigües que suministraba agua al Parc de la Ciutadella de Barcelona y a su impresionante cascada). Está en la calle Wellington, 48 de Barcelona (al lado del Zoo). Actualmente es una moderna biblioteca universitaria y forma parte del patrimonio arquitectónico. Fue enterrada en el cementerio de Montjuïch (zona sud-oeste).

Rafael, el tercero de los hermanos de mi abuela, nació aproximadamente en 1891 en Villanueva de los Castillejos y falleció a las 3h el martes 22 de junio de 1971 a la edad de 80 años, en su domicilio de Ctra. Matadero, 5º transversal núm. 9 de Huelva. Es la actual calle Pascual Martínez.

Su nombre se le debe a su abuelo materno Rafael Andrés Fernández (natural de Córdoba), padre de Ramona. También sabemos que se casó con Angela y tuvo 3 hijos, Ramona, Alfonso y Paco. Supongo que Ramona y Paco, se los puso por sus padres. 

Feliciano, del cual, actualmente desconozco datos, aunque seguro que pronto podré actualizar este post con ello.

Mis abuelos, abuelitos como les decíamos mis hermanos y yo, supongo que como eran más mayores que mis abuelos maternos, lo de abuelitos nos salía del alma. En este reverso de una postal que me dedicaron en mi primer cumpleaños, cuando vivíamos en la calle Churruca de Santa Coloma de Gramanet (curiosamente nos felicitaban con dos postales individuales a mi hermano y a mí, mellizos y curioso también el Srto. para dirigirse a un niño de un año).

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Y en esta otra foto, celebrando el cumpleaños en nuestro ático de la calle Ramiro de Maeztu, celebrando nuestro cuarto cumpleaños (detalle de las velas por duplicado, en total 8). En compañía de mis padres y hermanos José Luis a la izquierda y Javi al fondo, también estaban mis abuelitos y unos amigos de la familia, Feli y Rafa (que fotografiaba desde el balcón).
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Mi abuela Isabel, fallecería en Huelva, el miércoles 10 de enero de 1979, a la edad de 73 años y está enterrada en el cementerio de la Soledad de dicha ciudad.

Y desde aquí, mi humilde homenaje, en este 18 de mayo, 111 años después, a una madre de tres hijos (Juan, Paco y Pepe), a una abuela de 16 nietos (Isabel Mari, Loli, Juan Carlos, Pepe Luís, Pedro, Mireia, Pili, Rosi, Tina, Javi, José Luís, Juan Bautista, Javi, David, Jordi y Gema), a una bisabuela de  28 bisnietos  (David, Miriam, Verónica, Núria, Vanessa, Esther, David, Manuel, María, Eduardo, Mireia, José Luís, Raquel, Jesús, Federico, Javier, Victor, Rubén, Daniel, Marta, Javier, Carla, David, Claudia, Judit, Dunia, Lucas y Elsa) y sobretodo, a una esposa sufrida, de un hombre como mi abuelo Juan, que pasó por tantas calamidades, en la época de la guerra civil y en una posguerra, que duro mucho más y ella siempre estuvo a su altura, a pesar de ser los dos bajitos, siempre estuvieron a la altura de las circunstancias.

A mi abuelo ferroviario Juan Tirado Rodríguez

Hoy día 18 de mayo de 2016, hace 97 años que nació mi abuelo materno Juan Tirado Rodríguez.
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En esta foto de 1980, con 61 años, aún siendo ferroviario, como así lo indica su DNI en el recorte siguiente.
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La palabra que define a mi abuelo es bueno. Era así, al igual que mi abuelo paterno, coincide con él en esa gran virtud, aunque infravalorada hoy en día.

Otra gran virtud, es que era muy polifacético, de joven era como la mayoría de jóvenes, jornalero, que se dedicaba al campo. De hecho, seguramente ayudaría a su padre Cristóbal en las duras tareas del campo, aunque es cierto, que siempre fue algo que le apasionaba, el poder cultivar hortalizas, verduras y frutas.

No sólo eso era, también era zapatero, aunque no de profesión, tengo recuerdos suyos imborrables, remendando zapatos, poniendo suelas, ajustando los remaches de ciertos accesorios como bolsos o cinturones, con su arte más que con su oficio, tenía al cuero como su aliado en tales quehaceres. También sabía del oficio de carpintero y todo lo que tuviese que ver con los trabajos manuales, porque estaba hecho todo un manitas.

También era muy buen cocinero, recuerdo bien que iba a la "plaza" (mercado de paradas) y venía con los mejores pescados o carnes y recuerdo esos platos de arroz con el sofrito que olía tan bien. Era un precursor en su época cuando apenas los hombres entraban en ese terreno de saber cocinar y bien además, De hecho, en las vacaciones estivales y cuando nos quedábamos en su casa de la Avenida Pío XII, sólo queríamos que nos cocinara él. Se "desvivía" con nosotros siempre que íbamos en verano y también cuando alguna vez nos visitaba en nuestro domicilio de la c/ Ramiro de Maeztu en el barrio de San Antonio de Llefià de Badalona.

Tenía sobretodo una virtud que en él era muy característica, muy de la familia, se sentía muy a gusto así, era un hombre muy familiar.
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En esta foto del libro de familia de 6 de octubre de 1961, se puede observar a mi abuela Juana Tayllefert García y sus hijos Charo (mi madre), Pedro, Juan y Marisol, por orden cronológico.

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En esta foto mi abuelo con mi madre y hermanos Javi y José Luís de izqda a dcha, con árbol de navidad incluido en una visita a nuestra casa de Llefià (Badalona)

Pero hoy hablaremos del oficio con el cual se ganaba el sueldo, y de la que se sentía especialmente orgulloso, sobre su empleo que llevó toda su vida: ferroviario.

Además coincide que hoy 18 de mayo, se cumplen 35 años que se prejubiló a la edad de 62 años. Así que este doble aniversario, lo dedicaré a su oficio y su trayectoria laboral.

Antes que nada, empezaremos por el principio, nació en la calle San Juan de San Juan del Puerto, el domingo 18 de mayo de 1919 y siempre se consideró muy sanjuanero, aunque las circunstancias de la vida, le llevaran a vivir en Huelva. Aunque cada vez que podía iba al pueblo a saludar a sus hermanos Rocío y Tomás. También en esta villa conoció a mi abuela Juana que vivía en la calle Nogales y en este pueblo se casaron el miércoles 2 de enero de 1946.
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Foto del libro de familia de matrimonio con 27 años

De hecho, todos los ascendientes de mi abuelo son de la misma villa, empezando por sus padres Cristóbal y Rosario, pasando por sus abuelos maternos Tomás e Isabel y paternos Juan y Josefa, hasta llegar a sus 8 bisabuelos ya conocidos y descubiertos en el árbol genealógico que estamos construyendo.

En otro post, ya hablaremos de todos los ancestros y también del apellido Tirado, ilustre apellido, del cual proceden personajes relacionados con la Iglesia y con el Santo Oficio.

De hecho, hay otro capítulo importante, aunque menos corto en el tiempo cronológicamente hablando, que es el referido a la Quinta del biberón, del cual formó parte y del que también hemos recuperado ese pasado histórico familiar y que también hablaremos en otro post especial.

Hoy el post, trata sobre el oficio de ferroviario y concretamente de la empresa en la que formó parte toda su vida laboral, que fue RENFE.

En primer lugar, hay que decir que mi abuelo Juan ya quiso entrar y trabajar en la compañía de trenes, del cual, en la villa de su pueblo existía un apeadero, sobretodo debido a la industria de las minas de Riotinto, que existen en dicho municipio.

La devastadora guerra civil y su alistamiento forzoso como soldado en la Quinta del biberón retrasarían su entrada en el oficio de ferroviario hasta su vuelta a la vida civil.

Una vez terminada la guerra civil, en la posguerra, Franco fundó RENFE el 1 de febrero de 1941. Dicha compañía nacionalizó y monopolizó todos los trenes y vías de España hasta que con dicho nombre dejó de existir en el 2005, pasándose a llamar ADIF (ADministrador Infraestructuras Ferroviarias).
Mapa ferroviario existente en la España de 1941
La provincia de Huelva fue un autentico Imperio Ferroviario, puesto que la surcaron del orden de 16 líneas ferroviarias de todas las nacionalidades. La mayoría de ellas era para el transporte de la riqueza de nuestro subsuelo, los minerales de la Faja Pirítica, lo cual supuso un pilar fundamental en el desarrollo industrial de la provincia y la movilidad social de toda la población que surgía y se establecía en los aledaños de las minas.

De hecho, he podido recuperar la vida laboral de mi abuelo Juan, del Jefe de seguridad social y personal pasivo del departamento de recursos humanos de ADIF, que así lo ha certificado.

Empezó a trabajar, al menos de forma oficial y cotizando, el 1 de junio de 1944, en la categoría de Obrero de Vías y Obras en Peguerillas. 

Peguerillas es una aldea del municipio de Gibraleón. Existió en el lugar un apeadero de la línea ferroviaria Zafra-Huelva y una escuela primaria. En la actualidad, la aldea está prácticamente deshabitada, a no ser por algunas explotaciones agrícolas en las que viven algunos trabajadores y trabajadoras. Existe también un polígono industrial y algunas empresas de servicios. Durante la guerra civil fue creado un campo de concentración franquista en unos antiguos almacenes de guano que después fueron talleres de una empresa de autobuses de línea. Los presos allí concentrados provenían mayoritariamente del campo de concentración del Puerto Pesquero de Huelva, ya saturado tras la ocupación de Cataluña. Sin servicios de ningún tipo, los presos debían ser conducidos por un camino a la ribera de Nicoba para su aseo. También existió en esa época un almacén de explosivos.

Respecto al duro oficio con el que empezó a trabajar, hay que mencionar que la acción del agua y el paso de los trenes, da lugar a baches en la vía, principalmente en las juntas entre raíles, lo que origina golpes y vaivenes de los trenes, que pueden incluso provocar descarrilamientos. Estos obreros, debían eliminar esas inflexiones y a ese oficio se le llamaba calzador, ya que "calzaban la vía".


Es paradójico y curioso que mi abuelo, también se dedicará a "calzar zapatos" poniendo suelas de cuero a los tacones cuando se iban gastando, en su vida personal y así mi abuela e hijos, tener al zapatero en casa siempre dispuesto.

Volviendo a este primer oficio suyo, estos operarios también realizaban todas las tareas asignadas a los obreros de vía, aunque su especialidad era básicamente mantenerla nivelada y alineada. Todos estos trabajos los efectuaban manualmente, sin ayuda de ningún tipo de maquinaria. De ahí la dificultad, dureza y penosas sus primeras funciones dentro de RENFE.

También tenían otras funciones complementarias como cuidar de conservar todos los cerramientos y plantaciones, reemplazar traviesas, limpiar y perfilar los pasos, cunetas de todas las clases y taludes y colaborar en las diversas tareas de la brigada. Asimismo, la retirada de piedras, tierras y vegetación caídas sobre la vía por desprendimiento de los taludes, que ocurría frecuentemente por discurrir las líneas por un relieve muy accidentado.

De hecho, el trayecto Zafra - Huelva, tenía en esto último, su principal característica, relieve muy accidentado.

Y así, estuvo, de Obrero de Vías y Obras en Peguerillas destinado, hasta que fue promocionado y le pusieron de Mozo de Tren en Gador (Almería), el 16 de mayo de 1948, con 29 años que tenía mi abuelo.
Así que tuvieron que trasladarse de San Juan del Puerto con destino a Gádor (Almería), con una niña de un año y 4 meses, mi madre Charo.
Es un pueblo precioso, que recibe su nombre de la sierra de Gádor y también es conocido como el Pueblo de la naranja, por sus amplios campos de ellas.

Vivieron en unas casas, para uso de los trabajadores de Renfe, justo delante de la Iglesia de Ntra Sra del Rosario.
Curiosamente en este pueblo que está a 15 km de Almería, su patrón es San Sebastián, el mismo que el patrón de Huelva. También es curioso que las fiestas patronales se celebren el 7 de octubre, día de la festividad de Ntra. Sra. del Rosario.
Es curioso observar que las casas de planta baja que rodean a la Iglesia están consideradas como patrimonio arquitectónico y tienen la estética de las estaciones de tren tradicionales.

La categoría a la que fue promocionado de Mozo de tren, coincide plenamente y de vocación con mi abuelo, Es para entendernos, como el azafato, la cara amable entre el pasajero y la empresa de trenes. No sólo era eso, era mucho más en aquellos tiempos.

Según consta en la Reglamentación  Nacional del Trabajo de 1944, corresponde esta categoría a los que prestan servicio en los trenes para accionar los frenos de los vehículos, de acuerdo con las señales establecidas, vigilan un número determinado de vagones y coadyuvan con el personal de las Estaciones en los cargues y descargues de mercancías, revisando los enganches y ejecutándolos en las Estaciones de tránsito, cuando sean requeridos para ello.
El pueblo de Gádor conserva aún la estación, en la que trabajaba mi abuelo y en la que cubriría algún trayecto dentro de esa línea. 
En dicho pueblo nacería mi tío Pedro, el jueves día 2 de marzo de 1950. En la Iglesia de Ntra. Sra. del Rosario fue bautizado y de hecho, en esa Iglesia, mi madre tiene recuerdos familiares. Uno que me transmite es que cuando era muy pequeña, se salía de su portal de su casa que había enfrente y asistía a las misas y cuando llegaba el momento de la comunión, se ponía en la cola de los bancos y el cura al verla, le "saltaba" el turno y ella al darse cuenta, se volvía a poner en la cola para que le diera la eucaristía. Lógicamente luego esta anécdota se la contaba el párroco a sus padres y supongo que por eso ha llegado hasta nosotros.
Estuvieron en Gádor, 3 años, 1 mes y 15 días, mi madre de allí con 4 años y medio y mi tío Pedro con 1 año y 5 meses, con lo que no puede tener ningún recuerdo familiar. 

Allí estarían hasta que el 1 de julio de 1951 fue destinado a la estación de Huelva-Odiel (o de Zafra), cubriendo el trayecto antes mencionado, el accidentado recorrido de  Huelva a Zafra (también mal llamado Huelva-Jabugo) 
Estación de Ferrocarriles de Huelva-Odiel en su trayecto Huelva a Zafra en el año 1956.
Este trayecto, fue en el que trabajó ya el resto de su vida laboral. 

Los tres tramos principales en que se dividió la línea: 
1º Zafra a Fregenal
2º Cumbre Mayores a Cobujón
3º Gibraleón a Huelva

La línea 73 Huelva-Zafra es una línea ferroviaria que recorre transversalmente a Andalucía. Discurre por vías convencionales no electrificadas de ancho ibérico. La duración del viaje de Huelva a Zafra, de 3 horas y 30 minutos. 
 
Estaciones de la línea:
PROVINCIA  BADAJOZ

Pk. Estación.

0 Zafra (*)
2 La Puebla de Sancho Pérez
7 Medina de las Torres
23 Valencia del Ventoso
35 Los Jarales-Bodonal
47 Fregenal de la Sierra


PROVINCIA HUELVA
63 Cumbres Mayores
79 La Nava
88 Jabugo-Galaroza
95 Almonaster-Cortegana
102 Gil Márquez
113 Valdelamusa
122 Tamujoso (apeadero)
123 El Cerro
130 Calañas
139 Los Milanos
148 El Cobujón
167 Gibraleón
171 Peguerillas
178 Santa Lucía (cargadero)
179 Huelva-Odiel
(*) enlace con la línea a Jerez de los Caballeros
 
El trazado que alterna tramos planos con otros muy accidentados con pendientes de 20 milésimas, enlazaba Zafra con Huelva. Reduciendo los 285 kms de la distancia de Zafra a Huelva por Sevilla, a 180 mediante esta línea directa. Cubre el primer tramo entre Zafra y Fregenal de la Sierra, bordeando seguidamente la Bética hasta situarse en la margen izquierda del Odiel en las Marismas de Huelva. En toda su longitud se perforaron 18 túneles sumando más de 5 kms de línea.

Otra característica de este recorrido son los numerosos puentes siendo los mas significativos los de:
 
Viaducto de Fuentes 130 ml y 66 de altura 
Viaducto de Murtigas
Viaducto del Odiel 200 ml y 51 de altura, en tres tramos
Primitivo puente de Alcolea (Trigueros)
En definitiva, un recorrido espectacular pero también muy duro por esa característica que ya comenté al principio de relieve muy accidentado entre montañas y su paso de Huelva a Badajoz, atravesando túneles y puentes.

En esa época de los años 50, para la población de la Sierra onubense fue muy ventajosa esta línea ferroviaria, ya que en aquella época las carreteras eran muy males y tortuosas.

Este trayecto tenía mucha belleza y romanticismo, ya que las vistas eran espectaculares, desde esos puentes o a la salida de cualquier túnel larguísimo y al ver aparecer paisajes luminosos de encinares, castaños y chopos en la ida; para terminar a la vuelta, en las marismas onubenses y su luz proyectada en sus aguas azules.

Supongo que mi abuelo, a su manera, también disfrutaba del trayecto, aunque siempre estaría dispuesto y diligente con el pasaje y los pasajeros, con esa sonrisa que siempre tenía para todo el mundo.

También en aquellos años, pasaría mucho frío en las garitas habilitadas para los mozos de tren, éstas sin puertas y en las estaciones de invierno y otoño, como cada estación de ese trayecto, en el que un aromático café torrefacto portugués, sería el que le aliviaría esas inclemencias.

Las dificultades de la vida ferroviaria de antaño fueron muchas e imposible ignorarlas: había muchas deficiencias en todo el material, las condiciones del país no podían ofrecer otra alternativa. Se pasaban muchas horas de trayecto subidos en el tren los mozos de tren.

Sin embargo, esta vía Huelva-Zafra ha posibilitado que los onubenses y extremeños hayan podido interconectarse y que los barcos cargados en el puerto de Huelva, con las industrias cárnicas o de minerales, puedan distribuirse al resto del país por este trazado.

En esos años los trenes eran automotores de vapor  (Sentinel), con combustión de carbón en sus calderas.
Automotor térmico de vapor de la línea y remunerado como 9091
Perímetro de la estación de Zafra en Huelva
Imagen característica de pasajeros con ventanillas abiertas (mucha calor en verano, mucho frío en invierno)
Otra imagen esta vez, característica de despedidas en la estación y desde un tren.

A partir de los años 60 fueron los trenes con combustible diesel o eléctricos. 
Depósito en la estación de Huelva - Odiel (año 1964)
Recuerdo un verano que compartimos jornada laboral con mi abuelo, en un viaje inolvidable, en la década de finales de los 70, tendríamos 11 o 12 años mi hermano y yo, que viajamos con mi abuelo en este trayecto de Huelva a Zafra. Tengo el recuerdo de un viaje que a ratos era oscuro por los túneles y a ratos iluminado por esos paisajes tan bonitos, También recuerdo a mi abuelo con su uniforme azul y que nos decía "quietos aquí", en este compartimento de escay rojo y verde, no moveros que vuelvo en seguida y verlo como se ocupaba de atender a los pasajeros o al pasaje. Fue toda una aventura, ese día y lo recordaré como un día en la vida de mi abuelo ferroviario, impensable hoy en día el compartir esa jornada de trabajo un abuelo con sus nietos.

Yo lo viví y lo recuerdo como si fuéramos los dueños del tren, los dueños de los destinos de esas personas a esos lugares de los que provenían o iban.

Mi abuelo se pre jubilaría el 18 de mayo de 1981, justo el mismo día que cumplía 62 años. Había trabajado 37 años en RENFE y por ese motivo, al haber cotizado 30 años y tener más de 60, pudo retirarse y disfrutar de su campo, como siempre decía, con una mínima reducción de su sueldo y con un premio como también comentaba (imagino que se refería a algún tipo de paga extra prorrateada).
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En esta foto se observa a mi abuela con mis tíos Juan y Marisol en el porche de la casa de campo de mi abuelo.

Recuerdo muy bien aquellos días que íbamos a su campo, pasábamos el día allí, jugando a ping-pong con mis tíos, recorriendo la finca que era de varias hectáreas, ya que la casa era pequeña para jugar dentro y haciendo alguna que otra travesura e incluso escuchando como nos explicaba nuestro abuelo como cultivaba los tomates o los melones, enseñandonos a regar, etc.

Recuerdo también una rueda de carro que había en una de las paredes del porche que la llamábamos la rueda del carro de Manolo Escobar.

Tengo incluso el recuerdo indeleble de esas tostadas a media tarde con aceite y ajo, en el porche de la casa, que sabían a gloria bendita, con la luz del atardecer de esos campos.

Momentos imborrables y felices que perduraran para siempre en nuestras memorias familiares.
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Una foto muy entrañable, la de mi abuelo orgulloso de su "burra" (motocultor) para la labranza de sus cultivos agrícolas, delante de su porche de su casa de campo.

La verdad es que aunque mi abuelo, ya tenía su campo con sus huertos de tomates y melones desde antes de jubilarse, no podía disfrutarlo como él quería que era diariamente y pudo disfrutarlo así una vez se jubiló, durante 3 años y 8 meses, iba y venía con su motocicleta a su terreno, hasta que un martes día 8 de enero de 1985, le dio un ictus en su campo de Trigueros y fallecería el sábado 19 de enero de 1985 a las 12 h en la Residencia Manuel Lois de Huelva. 

Fue enterrado el domingo día 20 de enero, día de San Sebastián, patrón de Huelva y está en el cementerio de Ntra Sra de la Soledad de Huelva. 
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"Los sueños son la meta, la imaginación el transporte y la realidad el punto de partida"

Con todo mi respeto, con toda mi admiración y con toda mi nostalgia, abuelo, te dedico este artículo sobre tu oficio, el de ferroviario, para que todos te recuerden siempre y se sientan orgullosos tus 4 hijos, Charo, Pedro, Juan y Marisol; tus 11 nietos José Luís, Juan Bautista, Javi, David, Jordi, Gema, Pedro, Ana, Juan, Gema y María y tus 13 bisnietos Victor, Rubén, Daniel, Marta, Javier, Carla, David, Claudia, Judit, Dúnia, Lucas, Elsa y Pedrito.