fuente imagen: http://paraquenomeolvide2.blogspot.com.es/2014/10/un-destino-para-dos-hombres.html |
Tal día como hoy, recordaremos los nacimientos de mi bisabuelo Juan
Andrés Carbón Martínez y el de mi tío abuelo Manuel Carrasco Andrés.
La imagen con la que empiezo es con la portada de la mítica película, en la que nuestros dos antepasados estarán unidos desde que nacieron con un mismo destino: Huelva.
También mencionaré este día de hoy, el
nacimiento hace 22 años, un miércoles
de 1994 de Jesús Mariscal Carbón, el hijo primogénito de mi prima hermana
Tina Carbón Tinoco y de Fede Mariscal, que a partir de hoy podrá decir que nació el mismo día que su tatarabuelo Juan Carbón Martínez, con la
diferencia de 143 años.
De hecho, hace 165 años de ese Domingo día 30 de noviembre de 1851 que nacía mi
bisabuelo Juan y hace 127 años de ese sábado día 30 de noviembre de 1889 que nacía mi tío abuelo Manuel.
Uno nació en A Coruña y el otro en
Huelva; uno en la aldea de Caxaraville, el otro en la histórica calle Enmedio
de la ciudad de Huelva.
fuente imagen: http://www.losviajeros.com/index.php |
Mi bisabuelo de profesión cartero y mi
tío abuelo Manuel de profesión carpintero (por cierto un muy buen carpintero por lo que me han contado).
fuente imagen: http://www.losviajeros.com/index.php |
Pero ante tanta diferencia, entre nuestros dos antepasados, lo más
importante que los unía: mi bisabuelo Juan era padre de la esposa de Manuel,
Josefa Carbón Antero (hermana primogénita de mi abuelo Juan), más conocida como
la tía Pepa por parte de sus tres sobrinos, mi padre Pepe y sus hermanos Juan y
Paco.
Y aunque no se llegaron a conocer suegro y yerno (mi bisabuelo falleció el 6
de junio de 1901 mientras que Manuel nació el 30 de noviembre de 1889), por lo
menos, sus descendientes sí que han
podido conocerse.
Me refiero lógicamente a los
descendientes de ambos, que son lo que también tienen en común mi bisabuelo y
su yerno, mi tío abuelo Manuel.
Manuel y Josefa, tuvieron 4 hijos,
Manuel, Pilar, Pepe y Rosa Carrasco Carbón, al igual que mi bisabuelo que
también tuvo con mi bisabuela Pilar Antero Teira, 4 hijos: Pepa, Pilar, Juan y
José Carbón Antero. Dos de ellos, en ambos casos, se
llamaron Pilar y Pepe.
Y debo estar agradecido de haber
conocido, a mi primo segundo José Manuel Medel Carrasco, hijo de Rosa Carrasco
Carbón y también a mis primas segundas Pilar y Rosa Carrasco Martín, hijas de
Manolo Carrasco Carbón y también a los nietas y nietos de éste, Pilar, Elisabeth
y JuanMa García Carrasco o a Joan Oliver Carrasco y a toda esa gran familia descendientes
de los Carrasco y Carbón que aún no conozco en persona pero que ya “estamos en
contacto” gracias a las nuevas tecnologías.
Todos tenemos en común a nuestros a
nuestros antepasados y aunque el tema de los apellidos pueda llevar a confusión
a veces a los que oyen hablar de genealogía, vuelvo a decir lo de siempre, que
da igual el apellido que tengas, porque eso va cambiando a medida que crecen
las ramas del árbol, lo importante es que los antepasados siguen siendo los
mismos y de ellos, como en el caso que nos ocupa, todos descendemos de nuestros
bisabuelos Juan Carbón Martínez y Pilar Antero Teira y en el caso de mis primos
segundos, también de sus abuelos Manuel y Josefa.
Aquí también entraría también la rama
Antero, aunque hoy me centraré en la rama Martínez, cuando hable de mi
bisabuelo Juan Carbón Martínez.
Pero antes, rendiré hoy tributo del día de nacimiento de
mi tío abuelo Manuel.
A continuación publicaré una foto que me cedió su nieto José Manuel, en la que mi tío abuelo Manuel aparece de joven, una foto que adquiere todo su valor familiar.
reservados todos los derechos (c) |
Manuel nació el sábado 30 de noviembre de 1889 a las 20.30 h en la calle De
Enmedio, 49 (Huelva).
La calle del Medio o Enmedio, no
existe en la actualidad, vendría a ser la actual Gran Vía, desde el
Ayuntamiento (Plaza Constitución) hasta la Casa Colón (Plaza del Punto).
Desapareció en los años 40-50 para crearse la Gran Vía, arteria que se denomina
de forma oficial “Avda. Martín Alonso Pinzón”. Según he leído, el sobrenombre
de “Gran Vía” es una denominación algo irónica de los habitantes de Huelva,
quien la denominó así por la poca anchura de la avenida (12 metros) teniendo en
cuenta que en un principio se había proyectado más ancha.
En esta zona del centro histórico de
Huelva, también nacería su futura esposa, mi tía abuela Josefa Carbón Antero y
el resto de los antepasados que ya he ido explicando en anteriores artículos,
amigos y vecinos, testigos todos ellos de nacimientos en las calles colindantes
como Miguel Redondo, Tendaleras, Sevilla, Alemania, Agua, Alfonso XII, etc.
reservados algunos derechos (cc) |
La numeración 49, puede no ser exacta
ya que puede haber cambiado la numeración pero sí que es segura la calle actual
por la que existía antes, llamada De Enmedio. Lo que queda claro es que debido
a la proximidad de estas calles, es casi seguro que las familias de Manuel y de
Josefa, seguro que se conocerían, incluso antes que ellos nacieran (Josefa tres
años más tarde en 1892).
Fue a registrarlo su propia madre Rosa
Andrés Gómez el lunes día 2 de
diciembre, a las 14 h. Tenía 40 años, por tanto, aproximadamente nació en 1849.
Y lo más curioso es que lo registró con el nombre de Andrés Manuel.
reservados todos los derechos (c) |
De hecho, hoy aparte de su
aniversario, en realidad también es su santo, aunque podría ser que nunca lo
celebrase, ya que como he explicado, no usaba su nombre Andrés sino como nombre
de pila, el segundo Manuel.
Un nombre por cierto que aparece
varias veces también en la familia, sea en esta forma o sea como Manolo. Así como también le puso de nombre a su
primogénito Manuel, padre de Pepe, Pilar, Juan, Loli y Rosa.
Podría ser que al igual que en el caso
de mi bisabuelo Juan, que en su acta sacramental, como ya expliqué en el artículo de junio, fuese bautizado
como Juan Andrés, ya que hoy se celebra la festividad de San Andrés y en honor
al santo fuese así. Ese motivo o ponerle el nombre de un abuelo o familiar eran
normalmente los motivos.
Es muy curioso que mi tío abuelo
Manuel, se llame Andrés Manuel
Carrasco Andrés, donde el último
Andrés es apellido.
Incluso llegué a pensar si este
apellido Andrés, era el mismo que aparecía en los hermanos de padre de mi
abuela Feliciana, que son Juan, Lola, Rafael y Feliciano Domínguez Andrés,
hijos de mi bisabuelo Francisco Domínguez Pulido y de su primera esposa Ramona
Andrés Barceló. Pensé que era normal que estos hermanos mi abuelo conocieran a
la hermana Josefa de su cuñado Juan (mi abuelo) y por esa misma razón, que les
presentaran a Manuel Carrasco Andrés y terminaran casándose.
Pero fue descartado una vez que
indagué en los antepasados de Ramona y vi que no había nexos de unión con
Manuel, aunque tengan el apellido Andrés.
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Siguiendo, con el nacimiento de Manuel
Carrasco Andrés, decir que su padre no fue a registrarlo y sospecho que tampoco
estuvo en el parto, porque era marinero de oficio y esa sería la causa más
probable de su ausencia y de que su madre Rosa tuviera que ir sola a registrar
a su hijo después de dar a luz, dos días después.
fuente imagen: http://postalesdehuelva.blogspot.com.es/p/papeleria-mmora-y-c.html |
Su padre se llamaba Nicolás Carrasco Ortiz
y tenía 45 años en el momento del nacimiento de su hijo, por tanto nacería en
1844 aproximadamente.
Los abuelos paternos de Manuel estaban
difuntos cuando nació y eran José Carrasco García y Soledad Ortiz García.
Los abuelos maternos eran Joaquín Andrés
Beltrán de 70 años (nacería aprox. en 1829) y María Gómez Camacho de 72 años (nacería
aprox. en 1827).
Los 4 abuelos de mi tío abuelo Manuel eran
naturales de Huelva.
He de decir que en este caso,
estaríamos hablando de tatarabuelos de mi primo segundo José Manuel y también
del resto de primos segundos, descendientes de la rama Carrasco Carbón, como Pepe,
Pilar, Juan, Loli y Rosa, etc. y sus hijos y nietos, repartidos todos por las
provincias de Madrid, Barcelona, Girona, Tarragona, Sevilla, Cádiz y como no,
Huelva.
Y cuando hablamos de Nicolás y Rosa, los
padres de Manuel, estaríamos hablando en el caso de mis primos segundos, de sus
bisabuelos.
Para intentar que quede más claro
estas relaciones, añadiré la rama del árbol que explica estos antepasados de mi
tío abuelo Manuel y en el que también se puede observar en el árbol a mi bisabuelo Juan Carbón Martínez y como no, a los hijos de Manuel y Josefa, como también a los hermanos de Josefa, entre ellos mi abuelo Juan Carbón Antero.
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Como testigos fueron Enrique Villar
(el segundo apellido no se ve claro) de 53 años, natural de Sta. Cristina,
viudo y capitán retirado y domiciliado en la calle Rico, 43 de Huelva.
También fue testigo Víctor de Mora y
Robles, de 43 años, casado, empleado y domiciliado en la calle Fuente de
Huelva.
Enrique ya apareció como testigo en el
nacimiento de mi tía abuela Josefa en 1892 y también en el de Pilar su hermana,
en 1895.
Es curioso que el segundo testigo me
recuerde a un testigo de otros nacimientos, como fue Antonio de Mora y Robles,
que aparecía en el nacimiento de mi abuelo Juan en 1898 y también en el de mi
abuela Feliciana en 1905. También aparece en los certificados de defunción de
mis tatarabuelos José Antero y María Teira en 1900 y 1901 respectivamente.
Todo apunta que Víctor y Antonio
fuesen hermanos y que posiblemente los dos trabajasen en el Registro civil de
Huelva o que simplemente se conocían todos y eran del mismo barrio pero que
además sabían leer y escribir y por eso ya estaban “fichados” para estas firmas de testigos.
He de explicar que además, se da la
circunstancia que los antepasados de mi tío abuelo Manuel Carrasco Andrés son
familia de mi tía Antonia García Breva, esposa de mi tío Juan Carbón Domínguez.
Manuel era primo hermano de Soledad
Carrasco, que era la abuela de mi tía Antonia. La hija de Soledad, se llamó
Dolores Breva Carrasco, madre de mi tía.
El padre de Manuel, Nicolás Carrasco
Ortiz, era tío de Soledad Carrasco García porque era hermano de Juan Carrasco Ortiz,
bisabuelo de mi tía Antonia. Y no es casualidad que sea Soledad, ya que los
padres de Nicolás y su hermano Juan eran José Carrasco García y Soledad Ortiz
García, abuelos de Soledad Carrasco y tatarabuelos de mi tía Antonia y per ende
trastatarabuelos de mis 6 primos hermanos y pentabuelos de todos sus hijos.
Es decir, los tatarabuelos de mí tía
Antonia, que son los mismos tatarabuelos que los de mi primo José Manuel o del
resto de primos segundos que mencioné antes.
Por tanto, mi tía y todos mis primos
segundos, procedentes de esta rama Carrasco Carbón, son primos terceros entre
ellos.
En resumen, la relación que yo tengo
con mis primos segundos, por tener en común a nuestros abuelos Josefa y Juan,
que son hermanos entre ellos, en el caso de los hijos de mis tíos Juan y
Antonia, es doble, ya que tienen en común, las dos líneas, la paterna Carbón y
la materna Carrasco.
En este caso, mis 6 primos hermanos
serían primos segundos por la rama paterna Carbón como yo mismo y en cambio serían primos
terceros por la rama materna Carrasco, ya que mi tía Antonia es prima segunda
de Rosa, Pepe, Pilar y Manuel Carrasco Carbón y mi tío Juan, primo hermano de
los 4 mencionados.
fuente imagen: http://www.webforprinting.com/espanol/integracion |
Todo un galimatías pero que es muy
apasionante, como todo puzle que se va resolviendo a medida que se avanza
rellenando las piezas.
Añadiré un esquema genealógico aunque
sea parcial, para mayor aclaración. En dicho árbol se puede observar que he marcado de amarillo a Manuel y Josefa, donde se puede observar, que estarían unidos las dos casillas, si el árbol fuese tridimensional, pero para que se vea que tomando como un elemento fijo a mis 6 primos hermanos, tienen la relación paterna un grado menos (grado 2) que con la relación materna (grado 3).
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Ahora hablaré de mi bisabuelo Juan Carbón
Martínez, que ya avancé en el artículo de junio, en su aniversario de defunción, aunque hoy me referiré a otros
datos que aún no había encontrado cuando publiqué dicho artículo.
También recordaré un asunto que ya
expliqué entonces, otro punto en común que tiene con su yerno Manuel. El hecho
que fue bautizado como Juan Andrés,
aunque fue conocido como Juan y de hecho, seguramente si celebraba la
festividad de su patrón, sería el 24 de junio y no hoy, día de San Andrés.
Hoy hablaré de la rama paterna-materna
de mi bisabuelo, en este caso resultado de unas investigaciones genealógicas
que pueden aportar algo de luz sobre algunas transmisiones verbales que nos han
ido llegando de por qué mis bisabuelos se trasladaron de Galicia a Andalucía.
viaje de A Coruña a Huelva |
Nótese que no uso el verbo “emigrar”
de Galicia a Andalucía, sino que uso el verbo trasladar. Lo hago de forma
intencionada, ya que aunque se tuvieran que trasladar por necesidad, todo
apunta a que no fue por la causa principal de un emigrante que es la falta de
trabajo para poder vivir dignamente.
Para situarnos, empezaré explicando
que este artículo sería lo que llamamos “el quinto post gallego”, ya que si
contabilizo el artículo que publiqué en mayo de mi tatarabuelo José Carbón Núñez,
en junio el que dedicamos a mi bisabuelo Juan Carbón Martínez, el que publiqué
en julio dedicado a mi tatarabuelo José Antero Laguna y el último que publiqué
en octubre dedicado a mi tatarabuela María Antonia Teira Moledo, son cuatro los
artículos dedicados a esa rama paterna Carbón Antero Martínez Teira, la cual
proceden de Galicia (a excepción de mi tatarabuelo que vino de Extremadura pero
que se casó en Galicia).
Aunque he tratado las 4 ramas de mis
bisabuelos Juan y Pilar, en este artículo de hoy dedicado al nacimiento de mi
bisabuelo Juan, que mejor datos a añadir que hablar de su madre y de su línea
materna.
Hoy añadiré más datos de la rama materna de mi bisabuelo Juan, en este caso
hablaremos de mi tatarabuela Josefa Martínez Silva.
Nuevos datos documentales que por fortuna, fueron sacados a la luz del Fondo del Archivo Histórico Diocesano de Santiago (AHDS), que hacen una labor muy importante y valiosa, ya que los archivos constituyen la fuente primaria para escribir la historia, la historia de nuestros orígenes, la historia de nuestros antepasados.
fuente imagen: http://www.ahds.es/index.html |
De ella lo único que mencioné en el artículo de mayo dedicado a mi
tatarabuelo José Carbón Núñez, fue que se casó con él a los 27 años, el sábado
8 de febrero de 1851 en la parroquia de San Miguel de Sarandon del concello de
Vedra de la provincia de A Coruña, de donde ella era natural. También expliqué
en dicho artículo, que mi tatarabuelo era natural de la provincia de
Pontevedra, de la parroquia de San Mariña de Ribeira.
Aunque el artículo de hoy me centre en
el nacimiento de mi bisabuelo Juan Carbón Martínez, por conmemorar hoy ese día
hace 165 años, ya expliqué en el artículo
de junio (en su 115 aniversario), que ese mismo día también fue bautizado y
quienes ejercieron de padrinos, fueron dos
antepasados de la familia y que hoy profundizaremos más por ser la clave de
algunas de las incógnitas que teníamos respecto nuestros orígenes de Galicia.
Dijimos entonces que la madrina del
bautizo de mi bisabuelo fue la hermana de mi tatarabuela Josefa, Juana Martínez Silva. Y el padrino fue
el esposo de Juana, Pedro Fernández.
También expliqué que en dicho
bautismo, asistieron su abuela paterna Josefa Núñez Cao y su abuela materna
Antonia de Silva Nodar ya que sus abuelos paternos y maternos, Manuel Carbón
Andújar y Benito Martínez De la Cruz eran difuntos.
Antes de entrar en detalle de estos
dos antepasados nuestros Juana y Pedro, que tuvieron su protagonismo ese día del
nacimiento de mi bisabuelo y también en los años venideros, he de explicar,
como ya hice en anteriores artículos, que una parte fundamental de mis fuentes
documentales, se basan en mis investigaciones que me llevaron al Archivo
Histórico Diocesano de Santiago (AHDS).
fuente imagen: http://www.ahds.es/edificio.html |
Empezaré explicando un detalle que en el artículo de junio, entonces no
aporté porque era una pista que aún no entendía. Se trata de una nota añadida
con fecha viernes día 27 de marzo de
1874, en la que se informa de la expedición de una fe de bautismo.
Fe de bautismo es el documento
eclesiástico que demuestra que alguien ha sido bautizado en una determinada
parroquia. Es el equivalente en la Iglesia Católica al Acta de nacimiento que
maneja el Registro Civil. En la antigüedad estos documentos servían para medir
la demografía de una población determinada, ya que tantos bautizados, tantos
nacidos. Eso con el tiempo ha ido cambiando y ya no es exacto y sólo sirve de
forma parcial.
reservados todos los derechos (c) |
En esta acta sacramental, la pista nos
indica que mi bisabuelo pidió esta fe de
bautismo en ese mes de marzo de 1874 y le fue entregada ese viernes día 27
el párroco Francisco Javier Blanco, en la Iglesia San Miguel de Sarandon del concello de Vedra.
El motivo principal por el cuál una persona solicita este documento
acreditativo de su bautizo es para demostrar su nacimiento y/o bautismo.
Hoy en día, con las nuevas
tecnologías, podría solicitarse por teléfono o por e-mail y que desde la
parroquia correspondiente lo enviaran escaneado el acta sacramental. En
aquellos tiempos, estaba claro que tuvo que ir en persona a recogerlo o incluso
ni que antes hubiera llamado por teléfono porque el teléfono se inventaría dos
años después, en 1876 y que en España se empezó a instalar, sólo un año después
en 1877.
Por cierto, algo inaudito en la
historia de España que un invento de fuera, llegue tan pronto. No fue en el
caso del ferrocarril o del telégrafo, que tardó muchísimo tiempo después de ser
inventado a ser aplicado en España.
En el artículo de noviembre dedicado a mi tía abuela Pilar, que
trabajó en Telefónica, explico algo de la historia de este aparato en sus
primeras instalaciones.
Como iba diciendo, ese día que fue a
recoger la fe de bautismo, mi bisabuelo Juan Carbón Martínez, tenía 22
años, curiosamente la misma edad que hoy cumple su tataranieto Jesús
Mariscal Carbón.
Ese año 1874 era el segundo año y
último de la corta Primera República que llegó a tener hasta 4 presidentes en
el primer año y que después de mucha inestabilidad política dio paso al golpe
de estado militar y la Restauración borbónica en España.
Volviendo al elemento interesante de
la fe de bautismo, hay que decir que la causa principal para solicitar este
documento es para contraer matrimonio, previa demostración de estar bautizado.
fuente imagen: http://art-sacro.blogspot.com.es/search/label/Jesus |
Al ver este detalle, pensé en que ese
miércoles 27 de marzo de 1874 en el que recibía ese documento para poderse
casar por la Iglesia (para demostrar su bautismo), mi bisabuela Pilar Antero
Teira, estaba a punto de cumplir 4 años al miércoles siguiente día 1 de abril
de 1874.
Empezaba ya a pensar que mi bisabuelo
estuvo casado de primeras nupcias antes que con mi bisabuela Pilar.
Pero todavía me rondaba saber la causa
del traslado de Galicia a Andalucía, de A Coruña a Huelva, de mis dos
bisabuelos Juan y Pilar, con esa diferencia de edad considerable que era de
casi 19 años. También sabiendo que su primera hija primogénita Pepa, nació el
domingo día 27 de marzo de 1892 en
Huelva, por tanto mi bisabuela Pilar estaba a punto de cumplir 22 años.
Otra curiosidad, el día y mes que nacía su hija primogénita era
el mismo día y mes, 18 años después, que el día que le entregaban a mi
bisabuelo, la fe de bautismo.
La última curiosidad es que Pilar estaba
a punto de cumplir los 22 años, como los que hoy, vuelvo a mencionar, cumple su
tataranieto Jesús.
Como siempre digo, se juntan el pasado, el presente y el
futuro, en fechas y lugares.
fuente imagen: http://ideasparanegocios.net/10-ideas-de-negocios-de-medio-tiempo/ |
Hablando de mi tía abuela Josefa
Carbón Antero, hermana mayor de mi abuelo Juan y también abuela de mi primo
segundo José Manuel Medel Carrasco, de Pilar y Rosa Carrasco Martín (las cuales conocí en persona hace poco) y abuela
de otros varios primos segundos más, he de decir que con el primero, compartimos
información que le llegó por transmisión verbal por su rama materna y a mí por
la rama paterna.
Una de ellas y que ya cuadraría con el
asunto de la fe de bautismo, es que nuestro bisabuelo Juan estuvo casado,
aunque no con nuestra bisabuela Pilar. También me indicaba que a él le llegó
por transmisión verbal, que incluso Juan
y Pilar que formaron esta gran familia con sus 4 hijos y descendientes, nunca
se casaron.
De hecho, en el acta sacramental de
bautizo de 2 de enero de 1870 de Pilar Antero Teira, no aparecía ninguna
anotación de entrega de fe de bautismo,
como sí aparece en el de Juan.
Intenté averiguar el motivo e imaginé
que tal y como todo apuntaba, si anteriormente estuvo casado, era muy fácil que
luego no pudiera volverse a casar, a no ser que enviudara, ya que en aquellos
tiempos no existía el divorcio.
Por otro lado, yo también pensé en la
posibilidad que para cambiar de vida, de lugar, de estar casado y luego no, de
trabajar incluso de cartero en Huelva, como así constaba en el certificado de
nacimiento de Josefa y de Pilar, entre 1892 y 1895, debía de ser una persona
que sabía leer y escribir, culto y con formación, en fin, que pensé en la
posibilidad que podría ser que mi
bisabuelo sí que estuviese casado, pero no con una mujer, sino casado con la
Iglesia.
Es decir, que me rondó esa idea, que
fuese cura, que se enamorase locamente de Pilar, que quisiera colgar los
hábitos y no pudiese y que esta decisión, le llevase a irse de A Coruña, de
unas aldeas y municipios que eran Caxaraville - Vedra (de donde era natural) o
de Croido - Lousame (de donde era natural Pilar), en las que todos se
conocieran y difícilmente pudieran
seguir juntos.
Por fin, después de muchas actas
sacramentales entregadas, de diversas ramas gallegas, como he ido explicando en
los cuatro anteriores artículos gallegos publicados, pregunté en el AHDS si podría ser que me confirmaran si mi bisabuelo
les constaba como sacerdote. Me respondieron que no, que si así hubiera sido,
les hubiera salido en el listado que tienen ellos de párrocos y de sus
destinos, que había que descartarlo y que la fe de bautismo, efectivamente era
porque habría estado casado.
A continuación la sala de consulta del AHDS, donde si estuviera más cerca de Santiago, podría consultar tantos documentos de valor familiar e histórico...
fuente imagen: http://www.ahds.es/index.html |
Con quién se casó mi bisabuelo en primeras nupcias y donde, es una incógnita
que aún no he resuelto, pero sí que antes de conocer a la que sería su amor
Pilar, estuvo casado y de ese matrimonio, sólo puedo elucubrar que algo pasó,
como para que no sólo no se pudiera casar en segundas nupcias, sino que tuviera
que irse de Galicia.
A colación de este artículo, también
he de mencionar el asunto de la mayoría
de edad, un elemento también importante en el devenir de este viaje hacia
una nueva vida, en el que estoy convencido que no sólo influyese el primer
matrimonio de mi bisabuelo.
Antes explicaré que históricamente el Fuero Juzgo y el Fuero Real (Alfonso X
en el siglo XIII), establecieron la mayoría de edad en los 20 años. Pero Las Partidas (1872), siguiendo el
precedente romano, fijaron en 25 años
dicha edad.
fuente imagen: https://es.wikipedia.org/wiki/Siete_Partidas |
El Código Civil de España, conforme al
Real Decreto de 1889, después de
muchas tensiones sociopolíticas, religiosas y territoriales, disminuyó esa
mayoría de edad a 23 años.
Siguiendo con la evolución histórica
de la mayoría de edad, en 1972 pasó
a ser de 21 años y ya en 1978 era de 18 la mayoría de edad.
Por tanto, mi bisabuelo Juan, en el momento que le es entregada la fe de
bautismo con 22 años, aún era menor de edad.
Indagando en el asunto de ser menor de
edad y de casarse, como así sería y más después de todas las explicaciones
dadas, hay que tener en cuenta estos condicionantes que existían en 1874 e
incluso después de 1889 con el Código civil.
El mayor de edad es capaz para todos los actos de la vida civil, salvo las
excepciones establecidas en casos especiales establecidos por el Código, que
enumero a continuación:
La pragmática estableció que los
hijos de familia, varones y mujeres menores
de 25 años, debían solicitar y obtener consejo y consentimiento de su padre; en
su defecto, de la madre; y a falta de ambos, de otros parientes.
Los hijos mayores de 25 años cumplían
con la ley si formalmente solicitaban permiso a su padre para contraer
matrimonio; cuando les era denegado el consentimiento, podían legalmente
contraer matrimonio sin ser sancionados; de forma que sólo cabía la pena si no
se solicitaba el consejo paterno.
Las sanciones establecidas para sus
infractores, tanto a los propios contrayentes, como asimismo a los hijos o
descendientes que provinieren de tal matrimonio, eran las siguientes:
- inhabilitación
para pedir dote o legítimas respecto del ascendiente cuya autorización y
consentimiento no fueron solicitados;
- inhabilitación para suceder como herederos forzosos a ese ascendiente;
- inhabilitación para solicitar la nulidad del testamento otorgado por el
mismo ascendiente;
- privación bien del goce de los vínculos, patronatos y demás derechos
perpetuos de familia que poseían los infractores, bien del derecho de suceder
en ellos. Sólo se conservaba a los infractores el derecho de pedir los
alimentos correspondientes.
A pesar de estas duras sanciones
recibidas por aquellos que infringieran estas normas, el matrimonio contraído
era considerado legalmente valido.
Es decir, mi bisabuelo contraería
matrimonio, siendo menor de edad, porque en marzo de 1874 tenía 22 años pero sería
un matrimonio legal.
Aun así, este matrimonio por el mero
hecho de ser legal, no dejaba de tener unos condicionantes que eran básicamente
los siguientes:
-
Se entenderá contraído el casamiento con absoluta separación de bienes, y cada
cónyuge retendrá el dominio y administración de los que le pertenezcan,
haciendo suyos todos los frutos, si bien con la obligación de contribuir
proporcionalmente al sostenimiento de las cargas del matrimonio.
- Ninguno de los cónyuges podrá recibir del otro cosa alguna por donación
ni testamento.
- Si uno de los cónyuges fuere menor no emancipado, no recibirá la
administración de sus bienes hasta que llegue a la mayor edad. Entre tanto sólo
tendrá derecho a alimentos, que no podrán exceder de la renta líquida de sus
bienes.
También imagino que su padre, mi
tatarabuelo José Carbón Núñez le daría su permiso y lo que también puedo decir
es que su madre Josefa no vería esa boda, ya que falleció casi 4 años antes, el
viernes día 22 de julio de 1870 a
las 19 h a causa de una gastroenteritis crónica a la temprana edad de 46 años.
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Mi bisabuelo Juan Carbón Martínez,
cuando falleció su madre en 1870, tenía 18 años y así se hizo constar en dicha
acta sacramental de defunción su minoría de edad.
Fue enterrada en el cementerio de la misma parroquia de San Miguel de
Sarandon, donde se celebró una misa de funeral por todo lo alto, que oficiaron
6 sacerdotes, además del párroco titular Francisco Javier Blanco, el
mismo párroco que dio autorización casi 19 años antes al presbítero Antonio
Costa al bautizo de su hijo Juan Carbón Martínez.
Se puede observar en dicha acta, como
se menciona “en una de seis reales se dio
sepultura” y se refiere al coste del ataúd.
También se indica el estipendio de 180 reales (equivalente a
18 escudos), de los 3 actos de las misas que se harán, todo ello sufragado por Pedro Fernández, que recuerdo al
lector, que es el cuñado de mi tatarabuela Josefa Martínez Silva. Fue el
padrino de mi bisabuelo Juan Carbón Martínez en su bautizo, junto a su esposa
Juana, hermana de Josefa, que fue la madrina.
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También apareció como testigo en el
acta sacramental de matrimonio entre mis tatarabuelos José Carbón Núñez y
Josefa Martínez Silva
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Por tanto, aparece de nuevo la figura
de Pedro Fernández, sin poder explicar porque no aparece en esta acta
sacramental mi tatarabuelo José Carbón Núñez.
De hecho, de mi tatarabuela Josefa Martínez
Silva ya hablé en el artículo de mayo,
dedicado a mi tatarabuelo José Carbón Núñez, en el que hablé de esa rama Carbón
y expliqué que se casaron el 8 de febrero de 1851 en la parroquia de
San Miguel de Sarandon, donde nacería 9 meses y 22 días después mi bisabuelo
Juan Carbón Martínez.
En dicho artículo no me extendí en los
detalles de la celebración de este matrimonio pero hoy si explicaré que dicha
celebración la ofició el mismo párroco Francisco Javier Blanco y que por la
línea paterna asistió sólo la madre de mi tatarabuelo José, que se llamaba Josefa Núñez Cao porque su esposo Manuel Carbón Andújar estaba difunto.
Respecto a los padres de mi
tatarabuela Josefa, mis otros trastatarabuelos (y pentabuelos de mis hijos o
hexabuelos de los nietos de mis primos segundos Carrasco Carbón), diré que
también estaban difuntos y eran Benito
Martínez y Antonia de Silva.
En esta acta sacramental de matrimonio
no aparecen los abuelos paternos de ambos contrayentes José y Josefa pero los
mencionaré porque ya salieron en el artículo de mayo dedicado a mi tatarabuelo
José y así poderlos añadir en el árbol parcial que añadiré más tarde.
Abuelos paternos de mi tatarabuelo
José son Jacobo Carbón y Clara de Andújar, es decir, son mis pentabuelos o los
hexabuelos de mis hijos o sobrinos. También serían los heptabuelos de los
nietos de todos mis primos segundos.
Los abuelos maternos de mi tatarabuelo
José son Domingo Antonio Núñez y María Cao.
Respecto a los abuelos paternos y
maternos de mi tatarabuela Josefa, no salen en el acta sacramental de
matrimonio y sólo podría saberlo si consigo el acta sacramental de bautismo.
Una de las transmisiones verbales que
me llegó a mí, fue que por culpa de un décimo de lotería compartido y que fue
premiado, mi bisabuelo Juan se tuvo que ir de Galicia. En esta historia, como
tantas otras que han llegado a otras ramas familiares, no hay pruebas, no hay
más que las leyendas que cada vez se van transformando, dependiendo de la
información que va llegando y transmitiéndose.
En esta transmisión verbal me llegó
que ese amigo que tenía el décimo, se lo quedó al final y no quiso repartirlo
con mi bisabuelo tal y como habían acordado.
fuente imagen: http://madridsingular.blogspot.com.es/2014/09/30-septiembre-1763-se-crea-la-loteria.html |
En cambio, en otras transmisiones
que me explicó mi primo José Manuel, del tema económico era un tutor que gestionó
el patrimonio familiar y lo arruinó.
Sea en un caso o en otro, lo que está
claro es que algo de cierto hay, porque de una forma u otra o de ninguna de las
dos, mi bisabuelo se tuvo que ir y después de mis descubrimientos, seguro que
no fue la única razón, el motivo económico.
Quise investigar más de la rama
materna Martínez y conseguí averiguar mucho más, en este caso, de la defunción
de mi tatarabuela, sabiendo su edad, he podido llegar a su nacimiento. Sabemos
que al fallecer con 46 años en 1870, entonces nacería aproximadamente en 1824.
Cada vez que hay que buscar un dato
relacionado con nacimiento, matrimonio o defunción, anterior al año 1870, y en
algunos casos incluso anterior a 1900, se ha de buscar a nivel eclesiástico y
si encima tienes que acudir a una Iglesia de una aldea o de según qué
municipio, casi con seguridad que tampoco encontrarás esas actas sacramentales.
En el caso de Galicia, como en casi
todas las investigaciones anteriores, conseguí de nuevo, otro documento muy
valioso, el acta sacramental de mi
tatarabuela Josefa Martínez Silva, que nació el jueves día 11 de marzo de 1824.
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Otra fecha para añadirla a la larga
lista de mis memorias familiares, otra fecha histórica para la familia de la
cual procedemos.
El párroco que bautizó a mi tatarabuela
fue Antonio Celestino Paseiro en la Iglesia de San Miguel de Sarandon, del
concello de Vedra.
Sus padres vecinos de Caxarabille eran Benito Martínez y Antonia de Silva.
Los abuelos paternos eran Andrés Martínez y María Antonia De la Cruz. Ahora es
cuando ya dudo del motivo que le pusieron de nombre compuesto a mi bisabuelo
Juan Andrés Carbón Martínez, de si fue porque nació el día de San Andrés o en
honor a su bisabuelo Andrés Martínez (aunque a partir del tercer grado,
difícilmente se ponen nombres en honor a, podría ser por la festividad del
día).
Por otro lado, hemos conseguido saber
otro dato más, el segundo apellido del padre Benito, porque en el acta
sacramental de matrimonio sólo aparecía Martínez. Ahora ya sabemos que mi
pentabuelo es Benito Martínez De la
Cruz.
También en esta acta sacramental
aparecen los padrinos que son los abuelos
maternos, Antonio de Silva y María Antonia Nodar.
En resumen, aparecen tres datos interesantes que ahora relacionaré:
- El primero que ya sabemos también el
segundo apellido de la madre de mi tatarabuela Josefa, que es Nodar y por
tanto, su nombre completo es Antonia de
Silva Nodar.
- El segundo, que las dos abuelas
paterna y materna, se llaman María Antonia.
- El tercero, que es curioso que los
padrinos sean los abuelos maternos y no uno de cada pareja de abuelos paternos
y maternos.
El hecho de escoger a padrinos, en
aquellos años, de principio de siglo XIX, respondía más a un concepto eclesiástico
de “por si los padres faltasen”, por
ello cabe la hipótesis o bien de ser más jóvenes que los abuelos paternos o
bien por estar en mejores condiciones económicas por si tuvieran que ejercer de
padres. Aun así, todo esto son conjeturas sin ninguna base demostrativa pero
que planteo aquí.
Por otro lado, se indica que los
abuelos paternos son de la feligresía (parroquia) de Santa Marina de Riveira.
Casualmente es la misma parroquia que
ya mencioné en el artículo de mayo
que dediqué a mi tatarabuelo José Carbón Núñez (futuro esposo de Josefa) y que en su acta sacramental, se podía
observar que tanto él, como sus padres y abuelos paternos pertenecían a esta feligresía. También se le denomina Santa
Mariña de Ribeira.
Esta parroquia pertenece, como así ya
indiqué en dicho artículo, al concello de A Estrada de la provincia de
Pontevedra.
fuente imagen: http://www.todocoleccion.net/postales-pontevedra/postal-antigua-estrada-pontevedra-un-aspecto-plaza-principal |
No informa de la procedencia de los
abuelos maternos aunque se supone que serían de San Miguel de Sarandon, lugar
de los padres que sí lo indica y que teniendo en cuenta que la familia de
Benito procedía de otra parroquia, está claro que se casarían en San Miguel de
Sarandon, “lugar de la novia”.
Resumiendo con esta última acta
sacramental conseguida, hemos descubierto 4 pentabuelos más respecto a mi grado
o el de mis hermanos o primos. Si hablamos de nuestros hijos, serían hexabuelos
y si hablamos de los nietos de mis primos segundos, ya serían heptabuelos, la
octava generación.
A continuación un esquema de árbol genealógico parcial pero que resume claramente esta rama descubierta.
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Un día ya haremos balance global de
los antepasados por grados encontrados, aunque será difícil hacerlo en un único
árbol, por ello ahora, publicaré esta rama parcial de mi bisabuelo Juan Carbón
Martínez.
De hecho, también ahora mi próximo
objetivo es averiguar más de la hermana de mi tatarabuela, Juana y de su cuñado
Pedro y de otras investigaciones aún por descubrir.
Tengo el presentimiento que
sabiendo más de este matrimonio, podré saber más de los misterios que rodean a
esta tierra gallega y a nuestros primeros gallegos Juan y Pilar que cambiaron
su vida a tierras andaluzas, de la cual Huelva fue su punto de destino.
A cada uno de ellos también le
dedicaré su correspondiente artículo, para evitar que este sea muy extenso y a
su vez, para poder profundizar más en cada caso.
Otra conclusión que extraigo, es que
ya es casualidad que los abuelos paternos de Josefa y que los abuelos paternos
de mi tatarabuelo José Carbón Núñez fuesen de la misma feligresía Santa Marina
de Riveira de A Estrada de la provincia de Pontevedra.
Es decir, podría ser que los abuelos paternos
de ambos tatarabuelos míos ya se conociesen, mucho antes que sus nietos en una
época del último cuarto de siglo XVIII (Carlos III), en la que esa parroquia se
construyó en 1778 pero que desde dicha parroquia se controlaba toda la
administración económica recaudatoria de la comarca.
En la foto, un maravedí de 1775, con la efigie de Carlos III de España.
fuente imagen: http://www.vibbo.com/pontevedra/carlos-iii-1-maravedi-1775/ |
Todo apunta a que como en el caso de
la línea paterna de mi tatarabuelo José, que ya expliqué en el artículo de
mayo, que fuera posible un poder adquisitivo alto y que se repite en el caso de
la línea paterna de mi tatarabuela Josefa.
En el artículo de mayo, expliqué el origen de la palabra etimológica
Pontevedra y así es, Ponte Vedra, dos palabras que nos llevan a través de un
puente de una provincia a otra, un puente que atraviesa la delimitación física
y natural de dos provincias Pontevedra y A Coruña, separadas por el río Ulla.
Está claro que no hay mejor imagen que un puente para simbolizar un paso a otro
lugar, a otro tiempo, como el que hicieron en su día las dos familias de mis
tatarabuelos José y Josefa, para poderse unir después ellos y el puente de
dichas provincias de Pontevedra a A Coruña, como así expuse en el artículo
mencionado.
También un puente como símbolo del
paso de A Coruña a Huelva, que hicieron mis bisabuelos Juan Carbón Martínez y
Pilar Antero Teira, puentes ya atravesados y otros puentes que también tuvo que
pasar mi tío abuelo Manuel Carrasco Andrés y los puentes que pasaremos todos y los
que pasaran las generaciones venideras, como la de Jesús Mariscal Carbón por
ejemplo, que hoy también celebra su nacimiento.
Que mejor final para este artículo que
la imagen de un puente, el Pont del Petroli de Badalona, que
no nos lleva al otro lado de un río, ni de una provincia a otra, sino que con
sus 250 metros de longitud nos lleva hasta mar adentro, como metáfora de un
nuevo mundo por descubrir ante nosotros, como hicieron nuestros antepasados o
las generaciones futuras.
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Un puente que gracias al vecino del barrio de Morera de Badalona, el pastelero Josep Valls y al grupo Badalona Recuerdos (por cierto gran labor histórica que hace), consiguió movilizar firmas para que este puente, que fue usado para la descarga de petroleros, pudiera ser rehabilitado como un Paseo marítimo, mirador de unas vistas maravillosas e imposibles y sobre todo un referente del frente marítimo de la ciudad de Badalona.
Gracias infinitas a Juan Bautista por dedicar parte de su artículo a mi abuelo Manuel Carrasco Andrés, al cual no conocí. La información que de él recibí (bastante escasa, por cierto)por parte de mi madre y de mi tía Pilar me hacen pensar que no tuvo una vida fácil por diversos motivos.
ResponderEliminarY respecto a mi bisabuelo Juan Carbón, no puedo decir más que es brillante la investigación de Juan Bautista. Y no sólo brillante, sino rigurosa, porque Juan Bautista no se apresura a publicar nada que no pueda ser demostrado. Él y yo sabemos por qué digo esto, porque yo poseo una "información" que probablemente pudiera explicar ese traslado de Galicia a Huelva, información que sería digna de un reality de Telecinco :-). Ojalá algún día lleguemos a resolver, o certificar, ese enigma.
Un abrazo muy fuerte y muchas gracias, Juan Bautista, por tu dedicación a nuestra historia familiar.
Gracias infinitas a ti, por darme otra óptica, otra perspectiva, otra visión que me permitió y me permite seguir investigando en una dirección u otra. Gracias a las transmisiones verbales que te llegaron e incluso gracias a las informaciones que no nos llegaron también, hemos llegado muy lejos. Aunque nunca sepamos toda la verdad de todas las ramas y en especial la gallega, bien cierto es, que hoy sabemos más que ayer y de eso se trata, no de muntar el puzle completo, sino de intentar encajar el máximo número de piezas. Un honor y una responsabilidad tenemos todos de poderlo hacer. Un abrazo muy fuerte.
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