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jueves, 14 de julio de 2016

116 aniversario de mi tatarabuelo José Antero Laguna

Hoy 14 de julio se cumplen 116 años del fallecimiento de mi tatarabuelo José Antero Laguna.
De hecho en el post dedicado a mi bisabuelo Juan Andrés Carbón Martínez, el yerno de mi tatarabuelo José Antero Laguna, ya lo expliqué, que falleció el sábado 14 de julio de 1900 a las 21 h, en su domicilio de la calle Tendaleras, 16 de Huelva.

Pero hoy, nos centraremos en sus orígenes y como no, también en datos nuevos descubiertos y también como siempre ocurre, éstos generaran otras piezas del gran puzzle familiar que nos generaran dudas e incógnitas.

En el primer certificado de nacimiento de mi abuelo Juan Carbón Antero y también en los otros de sus hermanos Josefa, Pilar y Pepe, siempre decía que su abuelo materno José Antero Laguna, era natural de Cáceres.

Esta información me hizo descubrir también que no sólo tenía raíces andaluzas y gallegas, sino también extremeñas.

Llegados a este punto, me abrió un camino a descubrir y explicaré en este post, como he podido llegar a tener en mi mano, un documento que confirma y corrobora este dato, del cual, ya no tenía porque dudar de dichos certificados de nacimiento de sus nietos y como no, del certificado de defunción que aquí hago una reseña.
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Por tanto, mi tatarabuelo según este certificado nacería en 1845 en Cáceres.

Para poder seguir esta pista de Cáceres, tenemos que remontarnos a Galicia, donde mi tatarabuelo se casó con mi tatarabuela María Teira Moledo.

María Teira Moledo, nació en la aldea de Croido, una de las 21 aldeas que pertenece a la parroquia de San Juan de Lousame, que a su vez pertenece ésta a una de las 7 parroquias del termino municipal de Lousame en la provincia de A Coruña (Galicia). Esta misma descripción del lugar de nacimiento de mi tatarabuela, también la expliqué en el post dedicado a mi bisabuelo Juan Carbón Martínez cuando hablaba de mi bisabuela Pilar Antero Teira, hija de mi tatarabuela María.

Estampa típica de un gran horreo de la aldea de Croido

Tal y como dice en este recorte del acta sacramental del Archivo Histórico Diocesano de Santiago (AHDS), nació en esta aldea el lunes 19 de octubre de 1846 y fue bautizada en la Iglesia parroquial de San Juan de Lousame el martes día 20 de octubre de 1846 con el nombre de María Antonia. 
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También en este acta nos indica quienes eran los padres de mi tatarabuela, en este caso, Benito Teira y Cipriana Moledo, mis trastatarabuelos, o lo que es lo mismo, los pentabuelos de mis hijos y de mis sobrinos. Eran naturales también de esta parroquia.

Por la línea materna, los padres de Cipriana, los abuelos son Francisco Moledo e Ygnacia de Servia, también naturales de esta parroquia y vecinos de ésta, aunque difuntos en el momento de nacer María Antonia. Son mis pentabuelos, en este caso también los hexabuelos de mis hijos o sobrinos.

En cuanto a los padres de Benito Teira, son Juan Teira, natural de esta parroquia también y difunto y su esposa Simona Lorenzo, natural de San Martíño de Lesende, vecinos de esta parroquia.

Igrexa de San Martiño de Lesende donde fue bautizada mi pentabuela Simona y donde posiblemente se casaría con Juan Teira mi pentabuelo

He de decir una observación que descubrí la semana pasada y era que al contactar con algunos miembros de la extensa familia y que además los conocí con esta maravillosa labor de investigación familiar, resulta ser que hay ramas que están un grado generacional más abajo que mis hijos y en este caso, quiere decir que hay que sumarles un grado más a ellos. Por ejemplo, si Benito y Cipriana son dos pentabuelos de mis hijos, en el caso de algunas ramas que conocí y que están por debajo, hablaríamos de que son sus hexabuelos. 

Me refiero en este caso a Elisabeth, una de las hijas de mi prima segunda Pili, que tiene un hijo que se llama Daniel, como mi hijo, pero en este caso, al estar por debajo del grado mío y de Pili, dos generaciones, resulta que todo lo que decimos en este post y en los anteriores, hay que sumarle un grado más.  En este post, por ejemplo, si hablo de mi tatarabuelo para Daniel, hijo de Elisabeth sería dos grados más, es decir su pentabuelo José Antero.  

Por tanto, también sería su pentabuela María Antonia Teira. Ni que decir tiene que los padres de María, Benito y Cipriana serían sus hexabuelos y los 4 padres de éstos, sus heptabuelos.

En el post que hablaba de mi tatarabuelo José Carbón Nuñez, sería también su pentabuelo, Incluso en ese post, hablaba del grado más alto que habíamos llegado, en este caso de Jacobo Carbón y de su esposa Clara Andujar y de la otra línea Domingo Andrés Nuñez y su esposa María Cao y por la otra rama de Andres Martínez y de María Antonia de la Cruz  y por la otra línea de Antonio de Silva y María Antonia Nodar, todos ellos pentabuelos míos y hexabuelos de mis hijos. En este caso, estos 8 hexabuelos de mis hijos y sobrinos, serían los heptabuelos de Daniel, hijo de Elisabeth, nieto de mi prima segunda Pili Carrasco. Por tanto, hay que tener en cuenta lo que explico, que para cada antepasado, dependiendo de quien se lo mire, será un grado u otro. Me hace mucha ilusión conocer los extremos entre tantas generaciones y espero que pronto así sea.

El máximo que hemos llegado, la octava generación, en este caso, me encanta y me anima muchísimo la idea que no sólo descubrimos antepasados en nuestra generación, sino también lo hacemos in crescendo en las venideras, en nuestros hijos y en los hijos de ellos y así sucesivamente y no sólo en mi línea temporal sino también en las otras ramas paralelas a la mía.  

Lo mismo sería para los hijos de cualquier primo hermano o segundo que tengo, de los muchos que aún me faltan por conocer, en este caso último y que poco a poco iré conociendo, gracias a mi primo José Manuel que me los "presentó", aunque también es cierto que a él me lo "presentó" mi primo hermano Pepe Luís. 

Está claro que la familia es muy extensa y encantado de poco a poco ir conociendo a todos los miembros y sus diversas ramas, porque conocerlos es recordar a los que ya no estan y son nuestros antepasados comunes. Aunque en este caso que nos ocupa y hablando de nuestros antepasados comúnes, en mi caso se refieren a mi rama paterna, para José Manuel su rama materna (de Rosa su madre), para el resto de primos y primas segundos serían unas u otras, en el caso de Elisabeth su rama materna que a su vez de su madre Pili, su rama paterna de Manolo y éste de su rama materna de su madre Josefa y ella de Juan Carbón Martínez y Pilar Antero Teira, que ya coincidimos en esta línea de bisabuelos míos y de todos mis primos. En este post, hablaríamos de José Antero, padre de Pilar.

En futuros posts espero pronto hacer árboles genealógicos aunque sean de las diferentes ramas, para mayor comprensión de todo este galimatías, maravilloso galimatías eso sí, jeje

Es mi mayor satisfacción, en realidad, transmitir y compartir, contar lo que vamos descubriendo entre todos, saber de tantos lugares origen de nuestros antepasados y tan bonitos y esperando conocerlos algún día personalmente, como es el caso del concello de Lousame, precioso municipio como en su momento fue saber de Vedra (A Coruña) o de A Estrada (Pontevedra) o de algun otro lugar maravilloso que hoy desvelaremos.

Imagen de río San Xusto pasando por la parroquia de San Xoan de Lousame

Siguiendo con el bautizo de la esposa del homenajeado hoy, que es mi tatarabuelo José Antero Laguna, he de decir que los padrinos de mi tatarabuela María Antonia Teira Moledo fueron Domingo Mayan y María Antonia Moledo, soltera y tía materna de la niña (tal y como dice el acta sacramental).

Por tanto, ya sabemos que el nombre de mi tatarabuela se lo pusieron por su tía, que posiblemente lo tendría por algun antepasado anterior, que en este caso, no era el de la abuela Cipriana.

Y antes de seguir con las líneas familiares, explicaré el origen del apellido TEIRA.

Existe en Galicia una pequeña aldea con el nombre de Teira y pertenece a la parroquia de Corrubedo, termino municipal de Riveira. Este apellido está bastante extendido por la comarca y al igual que ocurre con otros apellidos, nace del lugar, como en esta zona hay apellidos de aldeas, como Bretal, Olveira, Ageitos, Gude, etc.

Aún así, no existe un único origen común para este apellido, ya que se trata de un toponimo que se utilizó como apellido en distintos lugares para indicar la procedència de familias que habitaban o procedían de las proximidades de una laguna.

Por tanto, no es de extrañar que los ancestros de María Antonia Teira Moledo, fueran originarios de esta aldea.
Y ahora hablaremos del nacimiento de mi bisabuela Pilar Antero Teira. Tal y como avancé en el post dedicado a su esposo, mi bisabuelo Juan Andrés Carbón Martínez, nació en la aldea de Croido como su madre María Antonia, el viernes 1 de abril de 1870 y fue bautizada al día siguiente, sábado 2 de abril, con el nombre de María del Pilar, en la Iglesia parroquial de San Juan de Lousame. Los padrinos en este caso, fueron Francisco Teira y Pilar Teira, hermanos de mi tatarabuela María Antonia.

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Y tal y como certifican en el AHDS, María Teira, soltera. En este caso que nos ocupa, no aparece la família paterna, de ahí que los padrinos fuesen los tíos de mi bisabuela Pilar.

Y ahora hablaremos del matrimonio entre mi tatarabuelo José Antero y María Antonia Teira, que fue el sábado 29 de enero de 1876 en la Iglesia parroquial de San Xoan de Lousame en el municipio de Lousame. Lógicamente fue en la misma Iglesia donde se bautizó María Antonia, donde también lo hicieron sus abuelos maternos Benito Teira y Cipriana Moledo y también sus bisabuelos Juan Teira y por la otra rama Francisco Moledo e Ygnacia de Servia.

Igrexa de San Xoan de Lousame rodeada de un muro perimetral de granito

Fueron los testigos de este matrimonio Luis Paseiro y Barreiro y Casimira Paseiro y Barreiro, vecinos de la villa de Noya.

No sabemos que pasó antes, ni porque no se casaron antes o incluso si se conocían, ya que fue casi 6 años después de nacer Pilar, que como expliqué antes, nació de madre soltera. De hecho incluso, en el post anterior "gallego" (hay dos posts gallegos, uno relativo a mi bisabuelo Juan Andrés Carbón Martínez y el primero que fue el relativo a su padre, mi tatarabuelo Josef Juan Carbón Nuñez), menciono a Manuel Antero Teira, hermano de Pilar, 5 años mayor que ella.

También en el anterior post dedicado a mi bisabuelo Juan Carbón Martínez, cuando hablo de mi bisabuela Pilar y luego de sus padres José Antero y María Teira, también hablo de que cuando fallecen éstos últimos, averiguamos que dejan a 8 hijos !  Es decir, que aparte de Pilar y Manuel,  de los que ya hablé, también tenemos a Francisco, Fernando, José, Juan, Dolores y Casilda.

He podido averiguar de momento poco de ellos, aunque sí que por último averigüé algún dato de Casilda Antero Teira, hermana de mi bisabuela Pilar. Casilda nació aproximadamente en 1875 en Huelva. Estuvo casada con Anselmo Sánchez Martínez (que nació el domingo 12 de abril de 1874) y natural de Fregenal de la Sierra (Badajoz) y de oficio herrero. 

Los padres de Anselmo Sánchez Martínez, son Casimiro Sánchez Pizarro y Josefa Martínez, que eran difunto y tenia 43 años respectivamente, en el momento del nacimiento de María Josefa en 1896. Por tanto Josefa Martínez, nació aproximadamente en 1853 en Fregenal de la Sierra (Badajoz), al igual que también nació allí Casimiro. Los abuelos paternos de Anselmo, los padres de Casimiro eran José Sánchez y Teresa Pizarro y los abuelos maternos Anselmo Martínez y María Lancharro.

Casilda y Anselmo tuvieron una hija que se llamó María Josefa Sánchez Antero, que nació el sábado 15 de febrero de 1892 a las 3h de la madrugada en la calle Tendaleras, número 14 de Huelva.  Esta dirección es muy parecida que la que aparece cuando fallece José Antero, solo que éste es en el número 16, por tanto o vivían al lado o la numeración es la misma. Nace un mes antes que su prima hermana Josefa Carbón Antero, hermana de mi abuelo Juan Carbón Antero).

El nombre de María Josefa, supongo que sale de los nombres de sus dos abuelas materna y paterna, María y Josefa respectivamente.

También es cierto y así lo expliqué en el anterior post de mi bisabuelo Juan Carbón Martínez, que en 1892 como mínimo, José Antero y María Teira ya estan en Huelva, como así consta en el certificado de nacimiento de su nieta Josefa Carbón Antero y es en Huelva donde siguen viviendo hasta que fallecen en 1900 y 1901 respectivamente y además en la calle Tendaleras, número 16.

En definitiva, podría ser que José Antero viviera en Huelva y tuviese a Casilda en 1875 y que después se casara con María Teira Moledo al año siguiente en Galicia, pero entonces me queda la duda de Manuel Antero Teira que sé que nació en 1865 y también era gallego. Y para rematar el resto de hermanos Francisco, Fernando, José, Juan y Dolores, que no sé nada de ellos ni sus edades o nacimientos, aunque seguiremos investigando...

La nieta de mi tatarabuelo José Antero (de su hija Casilda), María Sánchez Antero falleció en Granada el jueves 28 de abril de 1988 a las 16 h de la tarde a la edad de 96 años en su domicilio del Paseo de la Bomba, 17 de Granada.  

Gracias a mi primo segundo José Manuel Medel Carrasco (nieto de Josefa Carbón Antero, mi tía abuela), he podido contactar con Pili Osso Sánchez, hija de María Sánchez Antero, nieta de Casilda y bisnieta de José Antero, mi tatarabuelo. También me dijo que tiene un hermano llamado Anselmo como su padre.

Como dije anteriormente, gracias a este maravillosa labor de investigación genealógica, estoy conociendo no solo a nuestros antepasados sino también a diferentes generaciones de diferentes ramas familiares, grados arriba o grados abajo de mi línea temporal en este presente actual, pudiendo compartir con todos ellos, todos los datos que vamos averiguando entre todos y que ayudan a ver mejor el bosque desde la distancia como un mantra que se repite constantemente, hasta que consigues despejar la mente y verlo todo mucho más claro.

Lo que para mí es mi tatarabuelo, para otro de la misma família es su bisabuelo (en el caso de Pili Osso) y para otro, su trastatarabuelo (Elisabeth) y para otros su pentabuelo (para Daniel hijo de Elisabeth). Pero todos tenemos el mismo tronco común, en este caso José Antero Laguna, del cuál todo este post gira en torno a él.

No sabemos con certeza, que pasó antes del matrimonio entre mis tatarabuelos José y María y espero que algún día sabremos más, sólo sabemos que entre los años 1870 y 1876 fueron años convulsos en España, en el que se suceden trascendentes acontecimientos políticos: tras el reinado de Amadeo de Saboya (1870-73), se proclama la I República (1873). La inestabilidad del nuevo régimen dió lugar a la restauración de la monarquía en la familia Borbón con Alfonso XII en 1874. Al año siguiente, en 1875, el Rey nombró primer ministro a Antonio Cánovas del Castillo, quien redactó la Constitución de 1876, que estuvo en vigor hasta 1931, año en el que se proclamó la II República que duró hasta el golpe de estado de Franco en 1936, ahora que se cumplirán 80 años el 18 de julio.

Pero, hoy nos centraremos en un dato nuevo que nos aparece en este acta sacramental, una pista que hace que el rumbo gallego nos lleve a otro lugar, a otro sitio, que ya desde el primer día que empezé a investigar sobre mi família descubrí y así hoy lo puedo explicar pero con mayor detalle incluso.

En el primer documento oficial que conseguí acercarme al origen de nacimiento de mi tatarabuelo José Antero Laguna, fue en el del certificado de nacimiento de mi abuelo Juan Carbón Antero.

En dicho documento, aparte de todo lo que ya expliqué en el post dedicado a él y en el dedicado a su padre Juan Andrés Carbón Martínez, también aparecía un dato referido a su abuelo José Antero Laguna y es que era natural de Cáceres.
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Respecto a su abuela materna, aparecía como en el caso de su madre Pilar, que eran de Noya, cuando en realidad, hoy sabemos que eran de Lousame, concretamente de la aldea de Croido. Respecto a la edad de ambos, en el nacimiento de su nieto Juan Carbón Antero, en el caso de José Antero Laguna es correcta porque si tenia 62 años, pero en el caso de María Teira Moledo (apellido también mal escrito) la edad real era de 51 años y no 48 como consta.

Lógicamente en el resto de certificados de sus hijos Pepa, Pilar y Pepe también e incluso en su certificado de defunción, que menciono al principio de este post, siempre aparece Cáceres en todas ellos y las edades también hay baile de cifras que no concuerdan. 

Volviendo al lugar de nacimiento del que rendimos hoy tributo, José Antero, aunque si que es cierto que era natural de la provincia de Cáceres, su lugar exacto es PLASENCIA.

Y aquí en este acta sacramental del matrimonio entre mis tatarabuelos José y María es donde averiguamos que era de Plasencia. Pero no sólo eso, si uno observa la reseña de esa boda, hay que fijarse bien donde habla de José Antero...

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Observase que dice que José Antero era soltero (por tanto no era viudo que era una hipótesis que barajaba yo), de oficio tejedor, de 40 años de edad y procedente de la Ynclusa de la ciudad de Plasencia, en la que fue bautizado en el día 4 de enero del año de 1836, según consta de certificación expedida por el Capellán de la misma.

El hecho que mi tatarabuelo fuese tejedor, me hace pensar en si era un artesano con su trabajo a domicilio y que después en Galicia ejerciera ya en el sector industrial que empezaba a ejercer a finales del siglo XIX, concretamente el algodón. Concretamente el sector textil gallego se concentró en la provincia de A Coruña. 

También hace mención a mi tatarabuela, también soltera, labradora, de 28 de edad (era incorrecto ya que tenía 29 en realidad).

Cuando me llegó este documento del AHDS, pensé que Ynclusa sería una aldea, supongo que mi desconocimiento y las ganas de ir avanzando en las pistas que voy encontrando, es fácil caer en algunos errores y según que palabras y además al estar escrita en mayúsculas, hizo el resto. 

Pero no, no era una aldea, sino un orfanato.

Según definición, las inclusas o casas de expósitos eran establecimientos de beneficencia en que se recibía, albergaba y criaba a los niños expósitos, es decir, abandonados por sus padres.

La etimología del término proviene del nombre de una imagen de la Virgen Ntra Sra de la Inclusa, que presidía la casa de expósitos de Madrid y que se trajo en el siglo XVI de la isla holandesa de L'Écluse ("La esclusa").

El objeto de estos establecimientos era evitar infanticidios y salvar el honor de las madres, por lo que daban cabida a todas las criaturas que hubieran nacido de modo ilegítimo hasta una edad determinada. También eran admitidos los niños nacidos de legitimo matrimonio siempre que vinieran por conducto de las autoridades siendo huérfanos de padre y sus madres absolutamente pobres.

Una vez que supe que mi tatarabuelo fue abandonado en un hospicio, mi intención fue saber de ello y después de contactar con la Diputación de Cáceres para ver si desde esta administración podrían ayudarme a esclarecer este asunto. Ellos me remitieron a la Técnica del Archivo-Biblioteca, Candida que muy amablemente me explicó que efectivamente podrían intentar ver si en sus documentos históricos hubiera algún documento relacionado con mi tatarabuelo. 

Mi impaciencia por si aparecía algún tipo de registro documental o cualquier dato de mi tatarabuelo, mis nervios por saber lo que sabía pero que no era suficiente, porque estaba cerca pero a la vez muy lejos aún.

Pero llegó, por fin me llegó, el tesoro documental más antiguo y además nuestro, de la familia, de nuestra familia y de todas las ramas de ella, de nuestro tatarabuelo José Antero, que fue abandonado en la Inclusa de Plasencia. Pero que hemos podido recuperar de ese lugar, para poderlo honrar hoy como se merece, por haber sacado adelante a sus 8 hijos, por haberse ido a Galicia y después a Huelva, por haberse labrado un futuro cuando en aquel domingo 3 de enero de 1836 a las 20 h "fue espuesto un niño embutido en unos trapos".

No acostumbro a adjuntar documentos de forma íntegra, pero en este caso, es especial y así ha de ser, por su alto valor histórico, por todo lo que dice este documento de esa época, por su alta labor didáctica y cultural, incluso para aprender que a veces, de los inicios más duros, se puede salir adelante, aunque no haya sido fácil para nuestro tatarabuelo, eso seguro.
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Siguiendo con lo que dice el documento "al siguiente día le baptizó el Capellán Rector poniéndole el nombre de José Antero". Tal y como decía en el acta sacramental de matrimonio con María Teira que fue bautizado el día 4 de enero. De hecho, la fe de bautismo es obligada en el momento de casarse uno por la Iglesia y así fue en este caso recogido y cotejado en Galicia. 

No sé con certeza porque el nombre de José Antero, De hecho, en los diferentes certificados de nacimiento de sus nietos o en el de defunción propio, habla de sus padres José y Petra. Imagino que serían sus padres adoptados pero está claro que en el momento que el capellán lo bautiza, desconocemos por que? 

Mi hipótesis aún sin confirmar, son dos, una que tuviera anotado el nombre de José Antero en "sus trapos" y otra que se lo pusiera el capellán los dos nombres, por voluntad propia, ya que en ese Hospicio entraban muchos niños y no todos tenían anotados sus nombres.

De hecho, la hora que fue expuesto en pleno mes de enero, hace sospechar que fuese en horarios nocturnos y bien podría ser que no tuviera nombre anotado.

Por otro lado, los ingresos se producían, mayoritariamente, durante los meses invernales de enero a marzo, fruto de las concepciones primaverales-estivales; y estarían relacionadas con el paso del año agrícola, y por lo tanto, con razones laborales y alimenticias. Mientras que el mínimo se daba en el verano, cuando los placentinos, mayoritariamente jornaleros, tenían salario para poder mantener a los hijos.

La segunda hipótesis, respecto a su nombre, es que Antero fue un Papa de origen griego y que fue santo y mártir además y que falleció el 3 de enero de 236 y por ello, el día 3 de enero es su festividad. Quién sabe si fue ese el motivo también.

De hecho Antero, en la mitología griega significa la personificación del amor correspondido.

Sea como fuere, se llamó José Antero y su segundo apellido Laguna, seguramente fue añadido cuando fue mayor.

Respecto a la contabilidad que se enumera, se refiere a los costes de lactancia, ya que cuando un bebé era acogido en un Hospicio, "le llevaron para lactar Juan Crespo y Francisca Vilar, vecinos del Cerezal, con la ropa de costumbre".

Cerezal es una alquería del municipio de Nuñomoral. Alqueria se refiere a una pequeña comunidad rural de unas pocas casas, conformada por una o varias familias, que se dedicaban a explotar las tierras de los alrededores, así como a las actividades ganaderas. También se denominaban caserío y se situaban en las inmediaciones de las ciudades, en este caso Plasencia.

El municipio de Nuñomoral se encuentra en la parte central de la comarca de Las Hurdes, en el valle del río Hurdano y se compone de 8 alquerías, entre éstas, la de Cerezal.

Respecto los costes (en reales) que pagaban a los vecinos de Cerezal, Juan y Francisca, empezaron en enero de 1836 y terminaron en agosto de 1839, es decir, hasta que el bebé tuvo 3 años y 8 meses. En total fueron 945 reales, distribuidos en 309, 236, 216 y 184 reales en los 4 años naturales.
Si traducimos estos 945 reales del año 1836 por costes de lactancia a euros actuales, estaríamos hablando de 2.646 €.
Moneda de 8 Maravedíes del año 1836 (34 maravedíes equivalían a un real español), con la esfínge de la Reina Isabel II en el anverso, de curso legal entonces, aunque no pudo reinar hasta que no fue mayor de edad  con 13 años en 1840 y mientras tanto lo fue su madre la Reina Regenta María Cristina desde 1833 (año que falleció su marido Fernando VII) hasta 1840 (año que después de la Guerra Carlina gana el general Espartero y se tiene que exiliar la Regenta).

Este cálculo numérico, lo he deducido basándome en el cálculo numérico establecido por Jesús Miranda de Larra, en su libro "Larra biografía de un hombre desesperado" en honor a su abuelo el escritor Mariano José de Larra (máximo exponente del romanticisimo espanyol del siglo XIX), en el que traduce a euros actuales lo que ganó su abuelo con sus novelas en 1836 (unos 60.000 reales ese año que equivaldrían a unos 168.000 €).

Siguiendo con la interpretación del valiosísimo tesoro documental de la pàgina del Registro del Hospicio de Plasencia, se hace constar en la esquina inferior derecha que dice textualmente: "el día 19 de septiembre de 1843, entregaron los Amos este niño y quedó en el establecimiento". 
Bien podría ser el día que fue devuelto de Cerezal y quedó anotado en el registro del Hospicio, por tanto, a la edad de 3 años y 8 meses, se le termina su periodo de lactáncia y después a los 7 años y 8 meses, es devuelto al establecimiento (Hospicio). 

Gran parte de los de Plasencia fueron acogidos por las amas de cría de la comarca hurdana, donde según testimonios personales, el expósito era prohijado con el único motivo de explotarle.

En esos años, la mortalidad infantil era muy alta, de hecho resulta hasta paradójico que los niños eran abandonados porque se morían de hambre o de enfermedades y como se puede observar en la gráfica, también era muy alta en el Hospicio de Plasencia.
Las cifras muestran que durante el siglo XIX casi las dos terceras partes de los niños, morían al año, como promedio. La cifra de niños fallecidos aumenta en los años treinta. Y es la crisis por la que pasaba la institución era de tal calibre que se pidió permiso al rey Fernando VII para poder habilitar arbitrios con los que sufragar los gastos de un edificio que estaba preparado para acoger a unos cuarenta expósitos, pero que en realidad albergaba a más de cien. 

De hecho, hay un dato contrastado y es que en 1838 entraron 102 y fallecieron 95. Y es que las malas condiciones en las que llegaban los niños, la falta de amas de cría, y las penurias económicas directas (causa del retraimiento de las lactantes y prohijamientos), motivaban esas cifras.

Extraigo del estudio Hacia una historia de la casa cuna y el Hospicio de Plasencia, de la Asociación Cultural Coloquios Históricos de Extremadura,  lo que dice al respecto:

"De esos años se tiene constancia plena de la existencia de una “Casa de Niños Expósitos”, que mantenía a las criaturas desde su acogida hasta los 6 años, donde se les alimentaba y educaba.

La lactancia era provisional hasta que se les proporcionaba un “ama” de la propia ciudad placentina, o de algunos de los pueblos de alrededor, destacando prioritariamente los núcleos de las comarcas de Sierra de Gata y las Hurdes. Las familias responsables de su crianza recibían un escaso sueldo mensual hasta que los infantes alcanzaban los seis años, momento en que, caso de no ser adoptados (prohijados), retornaban a la casa matriz de Plasencia, y formaban parte de la “Casa de Misericordia”, donde recibían una educación, aprendían un oficio y “tomaban estado”, es decir, se casaban, ingresaban en algún convento, etc.

La educación de los niños y las niñas se realizaba por separado. A estas criaturas se las denominaba “Pilus o Pilongos”, y la mujeres hurdanas más desheredadas se dedicaban a amamantar a los niños que solicitaban de los hospicios de Ciudad Rodrigo y Plasencia. Esto era una solución buena para los responsables municipales primero; y posteriormente, para la Diputación Provincial de Cáceres, cuando la institución benéfica pasó a depender de este organismo, porque le salía mucho más económico. 

Sin embargo, esta dinámica generó severas críticas en la zona de las Hurdes, pues cerca del 90% de los hospicianos no llegaban a cumplir los 5 años. Las condiciones penosas de su traslado y el escaso nivel alimenticio y sanitario de la comarca, tuvieron consecuencias catastróficas para los infantes. Aunque, posiblemente, de haber permanecido en la Inclusa-Madre, tampoco hubiera garantizado mucho la mayor supervivencia, debido a las continuas crisis de subsistencias, períodos de carestía, guerras, hambrunas y epidemia sufridas por el Norte de Extremadura durante el siglo XIX.
Interior de la Casa-Cuna del Hospicio de Plasencia

El grupo de acogidos con edades comprendidas entre los 6 y los 20 años recibían enseñanza de la doctrina cristiana, lectura, escritura, y algunos conocimientos de gramática, geometría, dibujo, corte, sastrería, tejidos, carpintería, aspado, cardado e hilado (a rueca y a torno), así como a realizar calceta y costura. Pero la situación que vivió la institución a lo largo de su existencia rayaba casi siempre en la pobreza. Y es que, si se tiene en cuenta que la casa benéfica placentina tenía un ámbito geográfico de acogida enormemente extenso, y considerando los graves momentos por los que pasó desde finales del siglo ilustrado hasta principios del XX, parece lógico pensar que las dificultades económicas aparecieran como elementos estructurales"

El Hospicio, sufrió diversos momentos críticos, al igual que la economia del país, debido a las guerras carlistes, a las enfermedades y la hambruna. De hecho Fernando VII, el 10 septiembre de 1833, declara exentos de tributos a este establecimiento, concretamente de 23.777 reales, que en aquella época y traducido a los costes actuales, estariamos hablando de 66.575 euros. Todo y que no es una cifra alta hoy en día, si comparamos con tantos tributos exentos de la gente más adinerada, pero se ha de tener en cuenta que el país no estaba para muchas exenciones y además que ésta fuese a parar a un Hospicio, que teóricamente era un lugar para la acogida de los niños abandonados por necesidad, en la mayoría de los casos.

Aquí se pueden observar las reseña de ese Decreto del Rey Fernando VII de exención de impuestos al Hospicio de Plasencia.
Esta Inclusa de Plasencia, se remodeló con los años y hoy en día es la sede del centro asociado UNED, según parece, aunque estamos intentando rescatar más información. Este dato me lo dieron en el Archivo Histórico municipal de Plasencia, después de haber contactado con la Oficina de Turismo de la ciudad y que ellos me remitieran a Isidro, que muy amablemente me atendió y si hay suerte, podremos proseguir la investigación de este pasado de nuestro tatarabuelo José Antero.


De hecho, en el siglo XVI, fue el colegio de los Jesuitas, bendecida por el mismo Francisco de Borja. Desde la desamortización de Mendizábal, la estructura del colegio sufrió diferentes cambios de usos, como hospicio, casa de salud mental y como dije anteriormente, en la actualidad sede de la UNED y de la Escuela Oficial de Idiomas también.

Plasencia es una ciudad, fundada en 1186 por Alfonso VIII y cuna de la actual Extremadura. El lema de la ciudad recién fundada fue «Ut placeat Deo et Hominibus» , que aparece en su escudo y que en latín significa 'para agradar a Dios y a los hombres'.

En 1515 Fernando el Católico fue a vivir a Plasencia por consejo de sus médicos. Murió en Madrigalejo, cuando viajaba de Plasencia a Guadalupe, donde iba a asistir a una reunión de las ordenes militares. También fue en Plasencia donde Bartolomé de las Casas se reunió se reunió por primera vez con Fernando para exponerle su opinión sobre la situación de los indígenas de América.

Como anécdota explicar que en la sèrie de tv, Isabel la Católica, en alguno de sus capítulos aparece la Catedral de Plasencia aunque en este caso, simulan que es un Palacio.

Mapa de la ciudad de mediados del siglo XIX, por el cartógrafo Francisco Coello

Vista aérea de Plasencia y la ubicación del antiguo Hospicio donde José Antero fue expuesto

La ciudad de Plasencia fue conocida por su gran labor social desde el siglo XVI con los jesuitas y hay una escultura del Marqués de la Constancia, por su pasión por la docencia y su obra social. Se le representa siempre acompañado de niños, fue el fundador de colegios por la ciudad y también del Colegio de Huérfanos (en la calle del Rey).

Para finalizar este post sobre mi tatarabuelo José Antero Laguna, seguramente, como un superviviente que fue de esos años de su infancia y posteriores años de adolescencia, después de ser expuesto en un Hospicio y no saber si nació ese mismo día 3 de enero o el día de antes y del que este año 2016 se cumplen 180 años, el de formar una gran familia, de la cuál, desciende sus hijos, nietos, bisnietos y así hasta llegar a las generaciones de grado más bajo, que a él lo hacen subir más alto.

Fallecería en Huelva, el sábado 14 de julio de 1900, tal y cómo empecé este blog y del que se cumplen 116 años. 

Seguramente, a pesar de su viaje de Plasencia a Lousame y de aquí a Huelva, nunca olvidaría sus orígenes y que mejor despedida de este post, que una pintura de Plasencia de ese año 1900, donde se puede observar al fondo la maravillosa catedral de Plasencia.


"Bendita es esta tierra porque mi gente descansa debajo de ella. 
Bendita es la lluvia porque moja sus rostros.
Bendito es el viento porque nos devuelve sus nombres:
José, María, Pilar, Juan, Josefa, Benito, Cipriana, Francisco, Casilda, Simona, Ygnacia, etc. 
Todos ellos y los que conoceremos, agradezco tanto el conocerlos un poco más."

"Cuánto te hubiera gustado saber de tantos lugares, origen de nuestra gran familia y también saber de tu bisabuelo José Antero Laguna y de su  Plasencia. 
Saber de donde venimos y yo enseñárselo a mis hijos, a mis hermanos y primos, quienes somos...
Para que no se olvide y se recuerde quien fue uno de mis tatarabuelos.
Por eso tengo que contarles esta historia...
Aunque la verdad completa nunca se conocerá
y sólo pueda contarse en pequeñas historias.
Como que una vez existió un bebé que fue entregado por una familia
y sobrevivió para comenzar una gran familia,
formada por los descendientes de él.
Espero que mi historia le rinda honores,
le traiga paz y nos sintamos orgullosos"

DEDICADO A JOSÉ ANTERO LAGUNA (y como siempre a Pepe, mi padre)

(epílogo adaptado de escena final de la serie Raíces)

6 comentarios:

  1. Sin palabras, como siempre,me deja Juan Bautista con su minuciosa labor y su generosidad al compartirla con toda la familia.
    Poco puedo añadir a su post, simplemente incluir algún nombre más (actual) a esta historia. Habla en varias ocasiones de Daniel, el hijo de Elisabeth, para mostrar una rama más allá en la genealogía. Pero en esa rama no sólo está Dani, también está Nora (hija también de Elisabeth y por tanto hermana de Dani).
    También en la misma línea están Judith y Eric, hijos de Pili (Pili es hermana de Elisabeth).
    Igualmente, tenemos a Sara y a Bianca, que viven en Almonte, y son nietos de Loli Carrasco Martín. Por cierto, Sara es hija de Chari que también hoy, 14 de julio cumple años.
    En el mismo grado genealógico están también Helena y Elisa (hijas de Alicia Carrasco Mora, que es hija de Pepe Carrasco Martín) y Guillermo y Marco (hijos de Lola Carrasco Mora, hija también de Pepe Carrasco Martín).
    Y sin abandonar esa línea, tenemos a Daniela (nieta de Juan Carrasco Martín).
    Todos estos "pequeños" (algunos no tanto, como Sara, por ejemplo), son bisnietos de mi tío Manuel Carrasco Carbón, cuya vida me ha recordado en cierto modo a la de José Antero, sobre todo por las dificultades para sacar adelante una familia de 5 hijos, dificultades que culminaron con el prematuro fallecimiento de mi tío Manolo a la edad de 39 años. Pero cómo son las cosas que ha dejado tras sí una estirpe amplísima y, puedo decir, de gente maravillosa (mis primos Pili, Loli, Rosi, Juan y Pepe y sus hijos y nietos).
    Gracias, Juan Bautista, como siempre. Un abrazo.

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  2. Gracias primo, tomo nota de todos estos datos para poderlos añadir al gran árbol genealógico de esta gran rama descendiente de José Antero Laguna. Rama no única de la que descendemos, ya que también tenemos la otra rama común, la de su "consuegro" José Carbón Nuñez, también nuestro tatarabuelo (hablo desde nuestro grado primo, jeje), que ya le dediqué otro post el 19 de mayo cuando hizo 196 años que nació. Felicidades también hoy a Chari, nombre que también tiene mi madre Charo. Espero pronto conocer a esta gente maravillosa que son mis primos Pili, Loli, Rosi, Juan y Pepe y de sus hijos y nietos. Un beso muy grande José Manuel por tus palabras y por todo !


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  3. Elisabeth García Carrasco14 de julio de 2016, 15:32

    Gran y precioso trabajo!! Un fuerte abrazo!!

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    1. Gracias Elisabeth, me alegra que te haya gustado. Espero que nos veamos pronto, un besazo !

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  4. Buen trabajo Joan, la piel de gallina se pone con el orfanato e imaginar las condiciones de vida de tantos niños de la época y de las gentes de los pueblecitos. Y por supuesto un gran homenaje a tus antepasados lejanos y cercanos. A continuar!

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    1. Muchísimas gracias Laura ! Si he conseguido transmitir un poquito mi emoción y empatía, por esos ninos en esas condiciones tan duras de esa época, representados en la figura de mi tatarabuelo, me doy por satisfecho. Y si, a continuar, porque seguiré haciéndolo por mis antepasados que se merecen que la família no olvide nunca de donde venimos, es el mayor respeto que podemos hacerles.

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